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Capítulo 4

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Miró la puerta de su casa, su pequeña pero acogedora casa. Eran las 10 de la noche y le dolía demasiado la espalda pero en sus labios surcaba una sonrisa, todo el dolor y cansancio ella lo obtenía y no su madre, eso era satisfactorio.

Cuando abrió la puerta, Cora estaba sentada de brazos cruzados en el único sofá de la sala de estar. Estaba seria, con el ceño fruncido y los labios apretados, por supuesto no le causaba gracias ver a su hija llegar a esta hora y no por un tema de sus dos empleos en la semana sino porque había usurpado su lugar en la mansión de los Swan.

Con una mano le indicó que se sentara a su lado, el mensaje era claro, conversarían sobre la hoja que ahora se encontraba en su regazo.

-¿Por qué lo hiciste?

-"Porque estás mal de salud, te estás desgastando ¿Acaso creíste que iba a permitirlo?" -Luego de mirar sus manos, su madre la miró triste a los ojos.

-Pero toda mi vida he hecho esto mi amor. Ni siquiera me causa gracia que pierdas tus vacaciones hundida en tres empleos, el único deber de tu hermana y el tuyo es estudiar y ser lo que yo y tu padre no pudimos-. Se le quebró la voz pero a esas alturas los ojos de Regina ya estaban llenos de lágrimas mirando el suelo. No soportaba que su madre se angustiara por lo que era inevitable, ella trabajaba porque era una necesidad, porque su padre había fallecido y alguien tenía que tomar su lugar.

-"Pero es lo que tenemos y hay que aceptarlo"-. Luego de hablarle con el lenguaje de señas suspiró, sonidos, gruñidos, era todo lo que su maldito cuerpo por ahora le permitía hacer- "Y ya perdí a mi papá ¿Quieres que te pierda a ti?"-. La abrazó para depositar un beso en su cabeza por un largo rato mientras la sentía sollozar. Quería decirle que estuviese bien, que iban a salir juntas pero no podía pronunciarlo, aun no.

Fue así como cansada se quedó dormida entre sus brazos. Su hija poseía bastante fuerza como para levantarla y acomodarla bajo la ropa de la cama. Cora estaba con principios de depresión pero solo ella podía darse cuenta, era por eso y mucho más que iba a reemplazarla lo que fuese necesario en la mansión Swan. Sabía que le daban más trabajo por ser una mujer joven pero aun así era excesivo lo que originalmente se le daba a Cora. ¿Y si convencía a Swan de los beneficios de tener otro empleado más? Podría aplicar algunos conocimientos administrativos que aprendió trabajando en Starbucks, la comida rápida del pollo y repartidora de periódicos (el empleo de los fines de semana). Regina le dio las buenas noches hablando en su propia cabeza
-"Eres mi heroína... te amo mamá, descansa"-. Depositó un beso en su frente y se fue de allí hasta la habitación de Violet para darle las buenas noches también.

La paga en la mansión de los Swan era un poco más de lo que ganaba por los tres empleos juntos, tenía sus pro y sus contra pero prefería observar los pro que esto le daría.

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Horas más tarde cuando la alarma sonó a las 5:30 de la mañana, volvió a hacer lo mismo de ayer. Se duchó rápido, comió algo y después de ir al baño le dejó una nota en la mesa a su madre. Mientras andaba en bicicleta hacia la mansión de los Swan, se puso a pensar que tenía más o menos un plazo de un mes allí para trabajar, puesto que era 23 de julio y estaría hasta finales de agosto. Hoy no quería que la única heredera de los Swan la mirase, desde que la sorprendió viéndola después de la discusión con Neal, era que se sentía transparente ante sus ojos y le perturbaba pensar eso.

7 de la mañana en punto ya estaba allí en el despacho del señor Swan. El hombre la observaba sorprendido porque no creyó que acudiría al otro día, pensó que terminaría arrepintiéndose pero, su puntualidad le agradó de sobremanera, además seguía manteniendo la postura segura y firme. Así pasó una semana donde todos los días hacía todo lo que le ordenaban y de manera eficaz, era puntual y al final de cada día la felicitaban. Había conocido a la señora Ingrid Swan, la esposa de James, pero prácticamente no se había topado a Emma porque había evitado su presencia para hacer el ambiente y el trabajo mucho más llevadero. Cora había aceptado, aunque no del 100%, que su hija tomase su lugar hasta recobrar las fuerzas.

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora