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Capítulo 19

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Killian sujetó el codo de su novia mientras esta trataba de secarse el pantalón que se había mojado con el charco de soda. Se sentía demasiado molesta y no estaba segura si era por el hecho de haberse caído o, de lo contrario y contra su propio parecer, al hecho de que su novio la hubiera sacado de la escena con Regina. Ella, "Cenicienta", le había dicho que ayudarla era exactamente lo que quería hacer el día que ella le fracturó el brazo, eso le hacía darse cuenta de que a pesar de la competencia entre ambas Regina no se burlaría frente a los demás, tenía modales ¿Por qué no podía cambiar también Emma? Porque quizás hacerlo sería abrir ventanas prohibidas.

-No soporto a esa Cenicienta, no quiero verte siendo su sirvienta me parece que es denigrarte a...

-¿Perdón? Su nombre no es Cenicienta, es Regina Mills-. Killian entrecerró los ojos de muy mala forma –No me pongas esa cara amor, he sido reprendida por mis padres por llamarla de esa manera, creo que tienen razón y preferiría que te refirieras a ella por su nombre antes de que también te metas en problemas-. Su novio la abrazó por la cintura.

-Trataré de hacerlo pero es que... no puedo evitarlo, ella es... yo... no sé-. Dejó pegado su rostro de medio lado con el de su novia, sentir celos era tan nuevo para él que lo hacía actuar como un niño –¿Tienes ropa para cambiarte?-. Su novia asintió –Bien-. Le sostuvo la mano a la rubia –Te acompaño al casillero...

Por otra parte Regina miraba a sus amigos para poner atención a la charla que había comenzado, el campamento. Todos estaban de acuerdo que irían y lo pasarían en grande, algunos se encargarían de llevar carpas donde la compartirían con el otro. Regina de reojo volvió a mirar el charco en el suelo y como un personal del aseo secaba aquello. Los ojos húmedos de la rubia era una imagen que no podía quitar de su cabeza ¿Estaría bien?

-Hey chica ¿Te pasa algo?-. La voz de Tinker la trajo de vuelta –Te preguntaba si acaso irías-. Por su forma de mirarla supuso que sentía preocupación –¿Sabes cuánto cuesta?

-"¿Es demasiado?"-. La pequeña rubia apretó los labios y asintió –"¿Cuánto?"

-200 dólares-. Regina apretó la mandíbula y siguió comiendo. No era una cantidad que pudiera costear y estos paseos no estaban incluidos dentro de la beca porque no era algo relacionado con el estudio de forma directa. Estaba segura que si le preguntaba al señor Swan no se opondría a un préstamo pero no, no lo haría.

-Sé lo que piensas y te prohíbo que sigas, será mi regalo de cumpleaños-. Sorprendida entrecerró los ojos –Adelantado.

-"No me gusta el día de mi cumpleaños"-. Moduló como una niña enojada. Tinker la abrazó de lado provocando una sonrisa en la morena –"No puedo permitir eso, es mucho dinero"

-Te guste o no, lo haré igual, además tienes que ir porque, oye ¿Te perderás la diversión de salir todo el grupo de "los fenómenos" juntos? O mejor aún-. Se aceró a su oído para susurrar cómplice –¿Te perderás la ocasión de ver como Mary Margaret se desespera en una salida así?

Esa misma tarde que llegó a casa, le habló a su madre sobre la salida al campamento y el gran gesto de su amiga Tinker de pagar su asistencia. Con una sonrisa dulce Cora le dijo que podía invitar a sus amigos a casa un día, parecían personas de buen corazón y no le importaba en lo absoluto sus apariencias "extrañas" (como los calificarían los de Heidelberg) porque a diferencia de los que parecían perfectos, esos chicos la habían aceptado prácticamente de inmediato. Con orgullo sostuvo el permiso y lo leyó antes de firmarlo. Que su hija fuera participe de estas actividades le gustaba, no todo era estudio, sabía que Regina tenía el cerebro para ser exitosa igual que su hermana Violet, pero distraerse era fundamental.

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora