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Capítulo 47

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Regina sintió que las palabras de Emma le quedaron atascadas no solo en la cabeza sino en la boca, tenía la mandíbula tensa y el pecho apretado. ¿Podía pecar de soberbia? ¿De orgullosa? Quizás era cierto pero tenía sus justificaciones, el perdón no podía salir de su boca ni ser pronunciado cuando no lo sentía correcto, el perdón se gana cuando la persona demuestra desinteresadamente que lo merece a través de hechos.

Llamó al mozo para rechazar la petición que habían hecho anteriormente pero le dio una generosa propina para compensar las molestias. Se iría de aquí lo antes posible para llegar a ver a su hermana a New Haven, disfrutarían juntas unos días e irían en un vuelo privado a Los Ángeles para visitar el parque donde sus padres estaban enterrados. Pensaba en ese tipo de cosas cuando salía del restaurante cuando tuvo la brillante idea de oprimir el botón del elevador. Los números fueron pasando del uno, al dos, tres y finalmente el cuarto, las puertas se abrieron ante sus ojos reflejando las personas que llevaba dentro. No tuvo tiempo de reaccionar, de dar marcha atrás o salir corriendo porque el hombre frente suyo y la mujer que iba aferrada de su mano tuvieron la misma reacción.

No había que ser un genio para saber que la reconocían a pesar de todo, ambos los hacían.

El rostro de James se contrajo lo suficiente para hacer una mueca de asombro, el de Ingrid formaba una perfecta O con su boca y ella, Regina, solo estaba pálida con los puños apretados en los costados de su cuerpo. Las personas que pasaban cerca miraban curiosos la escena porque conocían a los Swan ¿Por qué observaban a una joven sin decir nada?

-Regina...-. Susurró inquieto y hasta con un poco de angustia -Regina Mills...

-Vaya, veo que los señores Swan recuerdan mi nombre, buenas tardes-. Comenzó a dar unos cuantos pasos antes que James la frenara aplicando bastante fuerza en su muñeca. La ira se apoderó de inmediato de ella ¿Qué se creía para tocarla de esa manera? -Suéltame- Dijo entre dientes.

-Tenemos que hablar, necesitamos hacerlo-. Su tono de voz era agudo y desesperado, desearon tanto tiempo tenerla frente de ellos que ahora cuando aparecía ya quería irse -Tenemos que...

-No tenemos, ustedes tienen esa necesidad de hablar pero yo no, no desde...-. Tragó saliva inquieta porque temía no saber afrontar la situación. El hormigueo en sus extremidades inferiores, la sudoración en la frente y el "nudo" que se formaba en su garganta era mal augurio -Supongo que no es necesario que lo explique.

-Regina, quiero que me escuches, por favor mi oficina está en el último piso de Time Warner, podemos sentarnos a hablar como personas adultas y civilizadas... Realmente... Santo Cielo, Regina, realmente esperé tanto por esto-. Se le quebraba la voz, sentía que estaba hablando con otra persona y no con la chica que él recordaba, pero debía tener en cuenta que habían pasado 10 años. Además ella podía hablar ¡Ya podía hacerlo!

-Quiero que me escuchen, ahora que pueden hacerlo... no me interesa lo que tengan que decir, no me interesa subir hasta el último piso para hablar... tengo una agenda ocupada, tengo necesidades, soy una mujer adulta y agradezcan que les estoy dirigiendo la palabra porque fuera otra persona los habría mandado a la mierda apenas salieron del elevador.

-Han pasado 10 años-. Susurró sin importarle que sus mismos empleados estuvieran desde el restaurante observando la escena -Han pasado muchas cosas-. Regina bajó la mirada pero luego sus ojos reflejaron mucho dolor.

-Por respeto a lo único bueno que hubo entre nosotros antes de ese episodio de la acusación de robo, les pido me dejen ir...

...♡...

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora