9

1.1K 131 17
                                    

Capítulo 9
.

Llegó la hora del almuerzo después de la tercera clase de la mañana. Todos comenzaron a reunir sus pertenencias para dejarla en los casilleros y caminar hacia el enorme casino de la escuela donde se disponían múltiples mesas. Regina caminaba tranquila hacia su casillero, sabía que más de alguien la quedaba mirando y no le importaba en lo absoluto, trabajando tuvo que lidiar con miradas despectivas de los clientes y de seguro esta no sería la excepción. Pero había algo que ella no sabía, es que muchas de esas miradas de pasillo eran de muchachas o muchachos que quedaban sorprendidos de la belleza y seriedad que irradiaba la chica nueva.

Cuando abrió su casillero se dio cuenta que había un sobre blanco a su nombre. Extrañada la sostuvo entre sus manos para abrirla y leerla porque no era capaz de esperar.

~ "Aquí tienes una tarjeta de crédito para que pagues tu almuerzo todos los días de aquí hasta que termine el periodo escolar, es parte de la beca que te he dado y espero la aceptes con humildad. Atte: James Swan~

Sabía que detrás de tanta amabilidad había algo puntual que motivaba al señor Swan a ayudarla y quería preguntarle el "por qué" cuando estuviesen juntos de nuevo. No conocía el establecimiento y como era muy grande comenzó a caminar para cualquier parte con tal de encontrar el casino. Observaba con atención alrededor suyo las cosas que tenía cerca mientras caminaba, sí, este si era un establecimiento educacional digno, era limpio, completo y solo conocía una parte porque no había entrado al gimnasio, las piscinas olímpicas, las salas de música, anfiteatro y esas cosas que la hacían tan envidiable a los ojos de los que solo podían costear educación pública.

Cuando al fin se dio cuenta donde estaba el casino, entró pero se quedó con la boca abierta al ver que era precioso. A un costado había una infinidad de tipos de comida para colocar en el plato, al otro lado estaban las mesas y los asientos de una madera preciosa, estos últimos incluían un acolchado beige. En su escuela anterior todo era mucho más pequeño y de plástico.

Se acercó a la comida y sirvió una porción de lasaña italiana con crema de champiñones, ensalada de papas, pan cortado en rodajas, una jugo de manzanas y un platillo de mousse de chocolate con coco rallado. Cuando llegó a la caja incluso la persona allí que no superaba los 30 años, un hombre, la saludó con una cortesía y aceptó la tarjeta de crédito a su nombre.

-Que tenga un buen almuerzo, provecho-. Asintió y se volteó pero se encontró con un problema, todo parecía ocupado. Pero no tardó demasiado en encontrar a Emma y su mesa.

La mesa evidentemente popular se conformaba de ella, Killian y tres amigos, Mary Margaret y dos amigas más, además de otras personas que los rodeaban solo para escucharlos hablar. Apretó los labios, las reglas estaban establecidas y no podía pasar por su cabeza el estar cerca de la heredera, su piso social estaba muy alto. Un poco nerviosa encontró un asiento vacío y no le interesó caminar rápido hasta allí, la mesa se encontraba en un rincón cerca de la ventana.

-¿Quién eres tú?-. Alzó la vista al muchacho delante suyo, un chico con el pelo alborotado y lentes de contacto muy extravagantes. Con cuidado miró a los demás perpleja, había sentado su trasero en la mesa de los únicos renegados de esta escuela, personas con recursos pero a pesar de eso eran etiquetados de "raros". Regina escribió en una libreta

-"No había otro lugar vacío, lo siento"

-¿Por qué no hablas, niñita?-. Sin entender parpadeó al chico, pero una chica de pelo corto rubio lo detuvo.

-Cálmate un poco, vas a asustarla más-. Regina se inclinó hacia atrás con las cejas fruncidas ¿Tenerles miedo? Por supuesto que no, solo los encontraba totalmente diferentes al perfil del estudiante que la prestigiosa escuela Heidelberg esperaba tener –Tranquila mujer, acá no nos comemos a los nuevos ¿O sí?-. Con una sonrisa falsa la morena observó su plato y comenzó a comer.

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora