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Capítulo 53

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Viernes 25 de octubre 2019, una semana después

"Quiero sorprenderme el día del evento". No, no era suficiente para Emma ese tipo de argumentos, estaba segura que todas las veces que fue a H&C para probarse el vestido y el hecho de no haberse topado a Regina no era una coincidencia ¿Por qué una mujer fijaba los detalles para dárselos después a la jefa? Apenas se habían visto estos días y quizás su cuerpo lo agradecía, suficiente era tener que lidiar con los recuerdos de una noche fogosa y los sentimientos que ella misma puso en eso. Le dolía que esto ocurriera porque buscaba la manera de ser profesional a pesar de lo que su corazón sintiera, lo único que podía hacer en esto era calificar a Regina Mills de cobarde. ¿Cuántas veces se habían topado? Dos veces con escasos minutos de por medio donde la rubia se encontró en la misma disyuntiva, no saber si tratarla con la "ley del hielo" o actuar como si nada hubiera ocurrido. Al final se decidió por la segunda opción porque un desprecio era exteriorizar todo lo que llevaba dentro.

Después de dar vueltas por la cama decidió levantarse, el reloj marcaba las 8 de la mañana y no podía quedarse más tiempo aquí, un largo día la esperaba. Ya todo el mundo se había enterado de la importancia de este vestido como el primer modelo en el camino a ser diseñadora, era por eso y mucho más que hoy día debía mostrar la pasión en su mirada y caminar. Hasta ayer había recibido las clases con una mujer para aprender a ser "modelo", la suerte estaba echada. Dentro de la ducha dejó que el agua caliente la empapara en cada rincón de su cuerpo, las caricias del agua la hacían gemir porque no pudo evitar imaginar que eran las manos de Regina, esas manos calientes que despertaron todos sus puntos nerviosos y que estimuló hasta el cansancio. No recordaba mucho como se sentía con ella cuando eran adolescentes, simplemente ahora estar con Regina siendo adultas había sido distinto. Pudo estar borracha pero se había sentido tan querida y cuidada ¿O eran sus sentimientos los que le hicieron creer cosas que no eran? Probablemente, que Regina escapara apenas había amanecido hablaba mucho de eso.

Al salir de la ducha se dio cuenta que en su teléfono tenía una llamada perdida ¡Era de Regina! Quiso obviarla pero el día y el evento de hoy no estaban para eso.

Con la toalla envuelta en su húmedo cuerpo marcó de vuelta, solo dos tonos bastaron para que contestara.

-Buenos días-. Murmuró Regina con un tono distinto al habitual –Quería saber cómo estabas-. Emma apretó el puño, si tan solo supiera.

-Bien, estoy arreglándome para salir a un spa y prepararme para la tarde, allá en el estudio me peinarán.

-Es... ¿Es posible juntarnos un momento a beber café? Simplemente quiero darte los buenos ánimos para la noche y agradecerte por todo-. Sonaba más que sincera.

-No-. Dijo sin pensarlo ¿Acaso tenía que estar siempre lista para Regina? Seguramente no había pensado en esa noche ni un solo miserable segundo cuando ella sí se había torturado. Regina tragó saliva sorprendida.

-¿No?

-Regina, no sé los motivos pero esta semana no apareciste para ver el vestido ni los detalles por finalizar, estuve todos los días allí cumpliendo con mi parte, este día quiero dármelo para prepararme sola ¿Sí? Nos vemos en el estudio...

Regina miró con la boca abierta su teléfono ¡Esto era increíble! Nadie jamás se negaba a una petición suya menos una mujer. Ella por supuesto no recordaba nada por la borrachera de esa noche, por eso no le afectaba en nada ir o no ir a H&C, en cambio Regina estaba las 24 horas pensando y soñando con ese cuerpo, esa mirada dulce y esos gemidos que clamaban ser callados con los besos más apasionados del mundo. Bien ¡Que se jodiera!

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora