Capítulo 30
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El viento se mezclaba con las gotas de lluvia golpeando los árboles y las ventanas, la tormenta parecía un caos, quizás hacía demasiado frío pero Emma estaba en perfectas condiciones, demasiado perfectas para ser ciertas. Estaba despertando poco a poco de su sueño cuando se dio cuenta que sentía calor en la nuca, algo soplaba en su cuello y el borde de su oreja derecha también. Regina estaba durmiendo profundamente con su rostro apoyado contra la parte trasera de la cabeza de Emma, el aire que exhalaba de la nariz llegaba directamente contra su piel justo para brindarle más calor. La abrazaba como si fuese un oso de peluche, tenía ambos brazos rodeándola por la cintura pero una mano más cerca del escote de su pijama de seda. Qué oportuna ¿no? Sentía como si nada malo pudiese pasar en este momento porque tenía una mujer valiente que la protegería de todo. Sonrió un poco con la idea casi infantil pero dulce, sí, muy dulce.
-Sigo pensando ¿Qué me estás haciendo, bonita?-. No había mucha luz, las nubes grises ensombrecían el día, pareciera como si recién amaneciera cuando en realidad eran las 9 de la mañana –Podría quedarme todo el día así, entre tus brazos-. Tenía ganas de ir al baño pero si se movía la despertaría, si se volteaba también –Pero quiero verte dormir-. Lentamente comenzó a girarse pero instintivamente el cuerpo de Regina se volvió a acomodar contra ella, esta vez apoyando su cara contra uno de sus pechos -Que oportuna, mi "cenicienta"... que oportuna-. Introdujo su mano en la cabellera despeinada de la morena, le encantaba su color porque a la luz del sol se veía más claro, era suave y olía muy bien –¿Por qué las cosas no pueden ser más fácil? ¿Por qué no apareciste en mi vida antes?-. Dobló un poco el cuello para alcanzar su frente y dejarle un beso profundo.
-Mmm Emma-. Arrastró su nariz por el pijama, se sentía tan suave y blanda esa área que sin darse cuenta dentro de su sueño sonrió bobaliconamente. Emma se mordía los labios tratando de aguantar la risa, incluso cuando no estaba despierta seguía su lado "pervertido" –Em-ma, mía-. Abrió los ojos sorprendida ¿Qué había dicho? Su ronca voz.... ¡Dijo "mía"!
Sintió que el calor se acumulaba entre sus piernas con esa palabra tan posesiva, "mía". Y lo había dicho ¡Lo había dicho y pudo oírla! Oh Dios, santo cielo quería escucharla hablar más, lo necesitaba como el aire. Deseaba escuchar todas las palabras salir de su boca porque estaba segura que era una delicia.... ¡Y eso que solo era una adolescente!
-Regina… Regina-. Le levantó la barbilla y la besó de a poco en sus labios, estaban calientes y suaves. Se le contrajeron los músculos, con Killian no había reparado en esos detalles, ni en el cómo se veía durmiendo –Regina despierta ¡Viene mi mamá!
-"Mierda"-. Regina moduló sentándose alarmada en la cama pero volteando de inmediato cuando escuchó a Emma retorcerse de la risa. No pudo enojarse, con el cabello sobre la almohada, sus manos en el vientre, sus mejillas sonrojadas y su preciosa dentadura, esa imagen era un regalo de los dioses. Se acercó a ella como una leona, la acorraló contra el colchón y sin pedirle permiso le mordió despacio el sector entre el cuello y la barbilla, ese sector donde tenía una fijación y que le temblaba tanto a la rubia cuando estaba excitada o emocionada.
-Gina-. Gimió al instante, estaba receptiva. La morena se separó para mirarla unos segundos, acariciarle el rostro con el pulgar, sus ojos realmente parecían estar conectados.
-"Te quiero Emma, realmente te quiero"-. Moduló antes de volver a besarla.………………………………………
"¡Subieron las notas!" exclamó un muchacho en el salón cuando aún no había llegado el profesor asignado de educación cívica. Regina sacó su Ipad (el que le había obsequiado Emma después del accidente) y con agilidad en ambas manos ingresó a la página web de Heidelberg. Lo bueno de esta escuela es que tenía una interfaz online donde subían las calificaciones o material de estudio (como en la universidad), solo cuando un profesor lo deseaba entregaba las notas en la sala sino tenía la opción de hacerlo online para que fuesen más personales.
Era día miércoles 10 de diciembre, hoy entregaban todas las calificaciones finales del primer semestre (exámenes, pruebas y trabajos), la próxima semana solo debían venir quienes debían algo y por suerte ella estaba al día y con muy buenas notas ¡Eran perfectas! Secretamente le mandó un mensaje por "WhatsApp" a Emma: "¿Sigo siendo la mejor o me has superado? ;), pd: te ves hermosa hoy"
5 minutos después llegó el mensaje de vuelta "Como siempre señorita Mills, soy mejor que usted :$, pd: también te ves hermosa, tanto que otras te están mirando :@"
Se mordió los labios y se puso a hacer cualquier cosa, no quería que su cara de loca la delatara ante Killian o los demás. Cuando llegó la hora del almuerzo se juntó con sus amigos, iban caminando hacia el casino sin imaginar que dentro había un caos. Apenas entraron descubrieron una gigantografía de Emma Swan donde tenía escrito con spray rojo "Perra desgraciada".
-¿Pero qué mierda?-. Charming murmuró consternado, nadie en el casino estaba comiendo, todos estaban con la boca abierta mirando la imagen. Lucía realmente preciosa tirando un beso a la cámara pero quien había escrito eso la odiaba realmente.
-La probabilidad de que un hombre escriba eso es casi nula aquí en Heidelberg-. Tinker se volteó a su grupo de amigos –La probabilidad de que lo haga una chica es más alta pero aun así es raro, todas la adoran… Incluso yo-. Se mordió los labios haciendo un gesto con las cejas. Regina cerró los ojos y formó una sonrisa torcida –Pero quién...
-Quizás alguien que la deteste por algo que ella tiene... es decir, es mucho más millonaria que todos nosotros en esta escuela pero eso no es para que la odien, quién...-. Respondió Ruby.
-Alguien que tenga que ver con... -. Charming alzó la vista hacia el frente, con la cara roja de rabia estaba Killian, Emma no estaba por ninguna parte quizás muerta de la vergüenza –Con Killian Jones.
"Mary Margaret" pensó de inmediato Regina, ella también tenía mucha ira con todo esto que estaba pasando porque no quería que alguien se burlara públicamente de Emma, menos de forma tan descarada o tan cobarde como no dar la cara. El casino lo cerraron pero les dieron autorización para comer en las salas o salir a restaurantes cerca de la escuela, el que no volviera al bloque después del almuerzo sería suspendido ¡Ser suspendido en Heidelberg era una pesadilla! Regina no quiso ir y sabía que para conservar una amistad debía ser sincera.
-¡Astrid paga la comida para todos!-. Dijo Tinker en la entrada de la escuela, Regina la sujetó del codo y la volteó con cuidado.
-"Cariño, no voy a ir, necesito saber que está pasando con lo de Emma"-. Su amiga se acercó a su rostro y susurró preocupada.
-¿Es realmente necesario?
-"Ustedes son mis amigos y saben que Emma me importa, que estoy entablando una relación de no odio y que nos llevamos bien"-. Tinker asintió con una sonrisa triste, tenía la sospecha que Regina estaba enamorándose de Swan y aunque veía muy poco probable que fuese a resultar, no se atrevía a decírselo, no era quién para decir "NO" a las cosas cuando ella era testigo que por amor se lucha bastante, sobre todo cuando ante la sociedad estabas llena de cuestionamientos- "Espero no se enojen"
-Venga mujer ¿Qué pasa?-. Protestó Robin.
-Chicos, Gina no irá a almorzar hoy, se va a quedar para saber qué está pasando con el asunto de Emma-. Los demás asintieron de acuerdo, realmente no podían odiar a Emma porque últimamente se había comportado muy bien, pero no tenían la misma opinión con respecto a su grupo de amigos.
Después de bromear un poco caminó de vuelta a la escuela, le estaba mandando un mensaje a la rubia para saber dónde estaba pero se la topó en una de las entradas del casino. Tenía lágrimas cayendo de sus ojos mientras un agente le hacía preguntas para la investigación. Esperó a que terminara para poder acercarse y abrazarla fuertemente, repasaba sus manos por la espalda mientras susurraba a su oído "Em-ma". Funcionaba, la estaba tranquilizando.
-"Cuéntame que está pasando"-. Dejó una mano en su hombro, así la situación se vería menos comprometedora para cualquiera de las dos.
-Llamé a mi mamá para contarle lo que… lo que estaba pasando, mi papá está muy ocupado como para interrumpirlo-. Regina con cariño secó una lágrima rebelde que se escapaba del ojo de ella –Ella llamó de inmediato a unos amigos que tienen en el FBI para iniciar una investigación, quiere prevenir cualquier tipo de daño desde ya... es solo una foto que me trata de perra pero jamás me había pasado y mis padres son un poco ¿Sobreprotectores?
-"Están preocupados, puedes creer que es cosa de adolescentes pero si tus padres tienen amigos que son agentes federales y que harán cualquier cosa por ellos, hay que aprovechar los recursos"-. Emma se había vuelto experta leyendo los labios con Regina, ahora podía modular rápido y podría entenderle igual –"¿Alguna sospecha?"
-Nadie-. Gimió –Me siento humillada por el amor de Dios-. Regina asintió pensativa, se acercó más a ella con los ojos entrecerrados.
-"Será mejor que observes bien a tu alrededor, a veces las personas que creemos cercanas no lo son"
Y en ese mismo momento pero en un abandonado baño del gimnasio estaba Killian con el ceño fruncido. Se veía molesto, mucho más que molesto mientras discutía con otra persona. Él no era idiota, nadie se atrevería a hacer semejante niñería e insulto contra Emma más que ella.
-¡No mientas maldita sea!-. La empujó contra la pared –¿Te das cuenta que afuera está el FBI investigando? ¿Quién más que tú detesta tanto a Emma?
-¿Y por qué habría de hacerlo yo? ¿Crees que tengo suficiente tiempo para meterme en ese tipo de problemas?-. Mary Margaret sonrió de forma inocente, levantó los hombros con el mismo aire de "yo no he hecho nada"
-Solo quiero que tengas en cuenta que si te descubren no pienso admitir ninguna mierda nuestra, es que... santo cielo ¡La mujer con la que me he metido!-. Masculló el chico.
-¡Pues harto que te gusta todo esto!-. Hizo un gesto indicando todo su cuerpo –No te preocupes por lo que yo haga porque te juro que será en beneficio tuyo, aunque te advierto que no esperaré tanto tiempo para que hables sobre esto porque no quiero ser segundo plato de nadie.
-Por muchas razones elegiré primero a Emma antes que a ti...-. Dijo Killian entre dientes.
-Pues bien, parece que tu Emma no está interesada en ti-. La morena sonrió triunfante al ver el desconcierto en el rostro del chico. Comenzó a caminar por el baño para elegir las palabras adecuadas –Se le ve tan cercana últimamente a Regina, digo, no es la relación distante de antes y no soporta que la llamemos Cenicienta.
-Sus padres discutieron con ella sobre ese asunto, odio que se comporte así pero no te sorprendas si pasa, Emma puede ser muy obediente con ellos-. Contestó Killian, Mary Margaret lo abrazó por detrás, arrastrando su boca por la nuca de este mientras le daba pequeños besos, era un gesto que lo calentaba bastante.
-Pues la forma en la que se sonríen cuando pasan cerca una al lado de la otra... no lo sé, yo no lo descartaría ¿Quieres averiguar sobre ellas?
No debió decir esas palabras, había encendido la llama de la curiosidad en Killian, un hombre que decía orgulloso que no se dejaba dominar por nadie cuando en realidad sus actitudes se dirigían según los comentarios de sus cercanos, sino ¿Cómo podía explicarse su cambio de actitud con respecto a Regina? Mills tenía la mitad de la semana para tener evidencia de lo que sucedía entre Killian y Mary Margaret, y ahora ellos parecían también querer hacer una contra la "heredera" y "cenicienta". En esta carrera "de la verdad" ¿Quién terminaría ganando?
Habían varias razones por las que Killian Jones no quería ser descubierto con su engaño: Emma pertenecía a una de las familias más ricas de Los Ángeles y USA, la unión entre la familia de ella y la suya era una potenciación que beneficiaría a ambos. Por otra parte ¿Quién quería quedar como un infiel frente a todo Heidelberg y la sociedad de ricos? Si bien todo era tan materialista y frío, él sentía amor por Emma aunque no como el de antes, no sabía cómo ni porqué, menos el cuándo dejó de ser ella su todo ¿Qué tenía Mary Margaret que no tenía la rubia? Quizás la personalidad atrevida de hacer todo lo que se le placiera sin importarle lo que dijeran los demás de ella.
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Mi Cenicienta (Swanqueen)
Fiksi PenggemarUna chica rodeada de lujos necesita que la atiendan, necesita ser tratada como una flor y una princesa o así toda su vida a Emma Swan la habían criado, estando en un prestigioso colegio para "niños adinerados" Emma era la chica más respetada y admir...