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Capítulo 56

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James se desprendió de los brazos de Ingrid un momento dándose cuenta que Regina miraba fijamente al hombre que había salvado a su hija. En ese instante se acercó otra enfermera a él para comunicarle de forma discreta que Emma ya podía recibir visitas. No quería interrumpir el ambiente entre ambos pero debía contarle lo que le habían dicho y así lo hizo tocando el hombro de Regina.

-Regina, Emma ya puede recibir visitas pero... bueno, solo pueden entrar dos personas-. La morena lo miró y luego lo hizo con Ingrid, su respuesta estaba clara y no podía ponerse por delante.

-Es oportuno que lo hagan ustedes primero porque son sus padres, yo me quedaré aquí-. Miró de reojo a Neal –Hablando con él-. Pudo ver la duda marcada en los ojos azules de James pero no le daría explicaciones en una situación tan fuerte como lo era estar en el hospital –Cuando tengamos un tiempo a solas le explicaré todo...

James volvió a mirar a la persona que estaba tras Regina y no había que ser genio para darse cuenta que algo tenían en común. Asintió en silencio, sostuvo a su mujer de lado y caminaron por donde la enfermera los estaba guiando.

Después que Regina los viera desaparecer, se volteó hacia Neal y con la mandíbula tensa le hizo una señal hacia los asientos más apartados de la sala de espera. No podían conversar en un café o parque afuera porque estaba atestado de periodistas, además si se apartaba unos pocos metros del recinto hospitalario corría riesgos de no estar al lado de Emma en caso que ocurriera una emergencia. La incomodidad era palpable en el ambiente pero quién tenía mayor control de la situación era ella porque Neal estaba sentado muy tenso con la mirada en el suelo, parecía como si le temiese y no era para menos, su comportamiento en el pasado había sido tan aborrezco que ni siquiera merecía que le estuviera hablando ahora. Pero todo cambia con el simple hecho de haberle salvado la vida a Emma. Se dio unos segundos para apreciar su cambio en 10 años. Neal llevaba barba de unos días, su espalda estaba encorvada hacia adelante por la posición en la que estaba, no parecía tener lesiones en la cara pero ¿Tendría en otras partes de su cuerpo? Cerró los ojos un instante para pedirle en silencio a sus padres que la ayudaran mucho, no quería gritarle ni golpearlo pero perdonar o escuchar como si nada era bastante difícil.

-¿Por qué tú?-. Regina susurró –Dentro de todos los millones de estadounidenses tenías que salir tú para salvarle la vida a Emma.

-Porque simplemente tenía que hacerlo yo-. Dijo Neal en un tono bajo –Apareció, la vi sola y si…

-Y si no te hubieras quedado a salvarla hubiera... muerto-. Se le quebró la voz. Necesitó más de 10 segundos para calmar su garganta –Por eso digo ¿Por qué tenías que salvarla tú? Después de 10 años apareces de esta forma, porque si no hubiera pasado esto no estarías acá frente a nosotros ¡¿Por qué esperas que pase una tragedia?!

-Yo no busqué esto-. No parecía un hombre de 33 años con su hermana de 28, más bien lucía como un niño siendo reprendido por su madre, el tono de su voz era triste –Y sé perfectamente el perro que fui desde adolescente con mi propia familia, pero no tienes idea de lo que he cambiado...

-Como si eso fuera a regresar a mamá-. A Regina las lágrimas le corrían con una rabia muy grande –¡Cómo si eso le fuera a regresar las noches que lloró sin saber nada de ti! ¡Y se murió así sin más!

Neal que había estado guardando las ganas de llorar desde que vio a su hermana allí parada, simplemente estalló contra sus manos. Regina no tenía idea las cosas que habían pasado para que madurara, todas esas cosas que le acabó de decir no eran nuevas pero que se las dijera ella era enormemente doloroso, además sentimentalmente no estaba bien cuando estuvo el día de ayer a punto de morir y dejar abandonada a su esposa en este mundo sin la cafetería que instalaron juntos. Tenía tantas cosas mezcladas en el corazón y la cabeza que no podía verbalizarlas ahora, lo único que necesitaba era llorar.

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora