Capítulo 33
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Flash Back
Regina no quería perderse ninguna de sus reacciones. Cuando sacó la primera fotografía supo que algo en la rubia se rompió de inmediato, la boca de ella se había abierto enorme y un quejido brotó desde lo más profundo de su ser. Así mismo fue cuando sacó una y otra y otra foto que tenía dentro.
Allí estaba su novio con quién, a pesar de su carácter de mierda, consideraba su amiga. ¡¿Cómo pudo lamentarse todo este tiempo de querer a Regina?! Lanzó un grito desesperado al igual que las fotos ¡Eran unos asquerosos! ¡Eran lo peor! Alzó la vista con sus ojos inundados en lágrimas, sentía mucho dolor en el pecho y el estómago, Regina estaba mirándola preocupada pero no decía (modulaba) nada.
-Lo sabías ¡Tú lo sabías! - La morena tosió.
-"Te dije que no te diría nada hasta tener pruebas, te hice una promesa y cumplí"
-¡Esa perra está con Killian! Se rieron a mis espaldas, me vieron los cuernos, besé labios que pasaron por su boca y sexo, sexo y yo... aaaaaahg-. Tomó las fotografías y empezó a lanzar cada vez más lejos –¡Quiero estar sola! ¡Quiero estar sola!-. Regina no esperó mucho para sostenerla entre sus brazos y caer con ella a la cama, abrazadas, dejando que ella lanzara todas las patadas y palmazos que quisiera pero no la soltaría.
Lloraba amargamente contra la almohada, a pesar que ella misma había "engañado" a Killian, él lo había hecho quizás desde una época en la que Emma si lo amó, era una falta a su orgullo, a su corazón y la forma en la que la rubia le entregó sus sentimientos. ¿Su amiga y su novio? ¿Cuándo creyó que él era el chico perfecto y con el que quería pasar toda la vida? Por supuesto que iba a terminar la relación antes de saber esto porque sus sentimientos ya no eran los mismos, por supuesto que no tenía todos los derechos de recriminarle sus acciones, pero de igual forma seguía doliendo como si una daga le diera en el pecho una tras otra vez. La fuerza de su llanto se fue acabando hasta que ya no salieron lágrimas ni lamentos, solo podía sentir el calor del cuerpo de Regina envolverla completamente mientras sus labios le hacían cariño en el cuello y la punta de su nariz en el cabello húmedo. Quería enfrentar a su "cenicienta" y preguntarle "¿Por qué me lo dijiste después de hacer el amor? ¿Querías aprovecharte de mí?", pero no era tonta, se conocía tan bien que estaba segura que no hubiese sentido deseo ni fuerzas para tenerla cerca y la habría mandado a la mierda. Regina solo quería demostrarle todo lo que la amaba y cuanto valía la pena, pero quería que ella misma se lo dijera. Se movió un poco para voltearse y tenerla cara a cara, su preocupación era evidente.
-"¿Me vas a golpear?"-. Moduló.
-Cómo... por...-. Abrió la boca sorprendida ¿Tan bruja era? Meneó la cabeza –¿Por qué ahora Gina? ¿Por qué después de hacerme el amor?-. A Regina se le cortó la respiración, quería buscar las palabras adecuadas.
-"Porque pensaba decírtelo antes pero cuando te vi, tan linda, tan delicada... supe que lo único que quería era amarte, dejar de estar poniéndonos ataduras"
Le acarició el rostro por donde las lágrimas habían caído, Emma suspiró cansada pero también encantada por la morena. ¿Por qué el amor dolía tanto? Tenía que tomar acciones con Killian y Mary Margaret, tenía que hacerlo pero no hoy día, hoy lloraría todo lo que su cuerpo le pidiera.
-"¿Quieres llorar?"-. Haciendo pucheros y gemidos asintió, sus ojos volvieron a humedecerse- "Llora mi niña, llora todo lo que tengas que llorar"-. Regina la besó en la frente escuchando como Emma rompía en un llanto de nuevo. Killian se iba a lamentar por hacerla sentir así.
Fin Flash Back
El día después del caos en la cafetería, lunes, James e Ingrid Swan fueron a la mansión de los Jones a hablar con los padres de Killian. Después de duras conversaciones quedaron en un acuerdo, mantendrían las negociaciones que tenían entre las familias pero por ningún motivo querían a Killian cerca de Emma, ni siquiera en Heidelberg sino se acabaría todo. No querían mezclar los negocios con la relación de sus hijos pero los Swan tenían muy en claro una cosa, la salud mental y la dignidad de su hija era más importante para ellos que el dinero. Pero no todo era tan diplomático, ellos se negaron rotundamente a pagar la operación de la nariz que a Mary Margaret le hicieron en la mañana, por supuesto que los Swan quisieron imponer su respetada figura familiar, los Blanchard tenían muy en claro que no podían reclamar nada, la actitud de su hija era inadmisible y no la compartían.
El calendario marcaba jueves 18 de diciembre, Emma estaba sentada entre las piernas de Regina mirando el atardecer desde el último piso de la mansión. Hacía tanto frío pero gracias a los brazos y el calor que el cuerpo mismo de la morena le brindaba, se sentía muy a gusto. Compartieron unas tazas con café colombiano, el más exquisito que habían probado, también con el mismo tipo de galletas con la cual una vez "brindaron" bajo el árbol. Durante estos días muy poco se le veía sonreír a la rubia, no era de menos cuando un novio tan importante se había acostado con su amiga, no cuando estaba dejando ir todos esos recuerdos para dejar espacio para los nuevos. Regina le dio un beso en su mejilla, se protegía el rostro del viento escondiéndolo tras el cabello de Emma, el perfume de su shampoo era exquisito como toda ella, podía estar horas y horas abrazándola y bebiendo café sin aburrirse.
-Este año no tuve ánimos de celebrar mi cumpleaños, pueden todos joderse, en serio-. Dijo Emma.
-"Yo puedo hacerte una celebración personal si lo deseas >:D"-. Escribió Regina en su Ipad
-Pero me regalaste esta cadena de oro, es preciosa, aunque quizás tome en cuenta tu generosa oferta-. Emma rió, luego se volteó para mirarla fijamente –Quiero que tengas paciencia conmigo, en un par de días cuando volvamos a clases quiero que me des un espacio de días para reordenar todas las personas que me rodean, estoy segura que muchas me dejarán...
-"No saben de lo que se pierden"-. Bufó Regina.
-El asunto es... Es que será por muy poco y...
-"Lo que quieres es esperar unos días para hacer público lo nuestro ¿Verdad?"-. Ella asintió, la morena sonrió –"Te entiendo completamente y esperaré lo que sea, nada me pondrá más feliz que andar de la mano contigo por Heidelberg, mandando a la mierda los malos comentarios, las malas personas... mis amigos te aceptarán gustosos aunque"-. Dejó de modular para dar una sonrisa torcida –"Tendrás que tener paciencia con mi mejor amiga, Mallory, ella más que mi amiga parece mi madre"-. Emma se acordó de la chica que dijo ser la novia de Gina en la fiesta de Killian, de seguro lo hacía para proteger a Regina aunque no podía dejar de pensar que ella estaba en lo cierto, esa mujer tenía carácter.
-Preciosa-. Emma susurró poniéndose de rodillas en el espacio que ella dejaba entre sus piernas –Como deseo quitar a las malas personas de mi vida, sé que entrarán nuevas... te estoy abriendo mi corazón y confiando todo de mí, incluso mi cuerpo-. Regina asintió, su alma y su cuerpo, los bienes más preciados –No quiero que me falles, no quiero que el amor que siento por ti sea en vano ¿Me prometes que no me fallarás así como yo te prometo lo mismo?
-"I promise"-. La morena moduló antes de sostenerle con delicadeza la barbilla y besarla, dejando que los últimos rayos de sol iluminaran sus rostros antes de perderse en el horizonte de una tarde del "casi" invierno.
En ese mismo instante pero en otra parte de la ciudad de Los Ángeles, Killian le entregaba un buen rollo de dinero a ese hombre de aspecto pulcro pero oscuro y secreto. Sentía mucha ira, demasiada como para poder dormir bien o comer algo estos días, la única forma de saciar eso era buscar respuestas. ¿Quién lo habría acusado? Estaban sentados uno frente al otro, el enigmático rostro del detective no delataba emociones porque solo estaba acá para recibir instrucciones. Por supuesto que Killian conseguiría lo mejor de lo mejor, tenía recursos y por supuesto Mary Margaret lo apoyaba.
-¿Qué es exactamente lo que desea saber?
-Pruebas, quiero saber quién fue la persona que delató mi infidelidad a mi ex novia, le puede sonar a juego de niños pero para mí esto es orgullo de hombre-. Killian masculló y le mostró una foto donde aparecía él con Mary Margaret besándose sobre el lavamanos del baño de la escuela –Quiero saber quién tomó estas fotografías, quiero nombres en menos de tres días ¿Hay forma de saberlo? Estudio en la escuela de Heidelberg y puedo darle la ubicación de este baño.
-Hay maneras de saberlo-. Su voz era ronca –No creo en los crímenes perfectos, solo en los descuidos y le digo, de aquí a tres días le tengo el nombre de quién lo hizo, o al menos la imagen para que usted lo o la identifique.
-Bien, la mitad del dinero se lo acabo de dar, cuando termine con su trabajo le doy la otra parte... - respondió Killian.
Sin decir adiós, solo asintiendo con su cabeza, salió de allí el detective con una misión importante para su carrera. Killian quería culpables, su reputación había caído un poco y lo podía ver en las redes sociales como su propio Facebook y en los grupos de Heidelberg como así también en las páginas de chat de la escuela. Era tema lo de "Killian Jones se acuesta con Mary Margaret Blanchard", comentarios iban y venían en su mayoría con connotación negativa, los más calientes decían que Killian tenía suerte por meterse con tan deseada morena, pero otros aborrecían su conducta. Era un hecho que Emma era muy querida en la escuela y la mayoría tomaría parte por ella. Por eso necesitaba vengarse, tenía muchos planes pero solo necesitaba el nombre del culpable para actuar cuanto antes.
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Mi Cenicienta (Swanqueen)
Fiksi PenggemarUna chica rodeada de lujos necesita que la atiendan, necesita ser tratada como una flor y una princesa o así toda su vida a Emma Swan la habían criado, estando en un prestigioso colegio para "niños adinerados" Emma era la chica más respetada y admir...