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Capítulo 31
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Sintió que se le apretaba la garganta con las palabras de Regina, sabía que no podía huir ni esconderse porque lo que vendría después era inevitable. Seguía apoyada contra el mueble, ella tenía una pierna entre las suyas y su cadera rozaba el costado de la suya. Sí, ahí vivamente bajo sus jeans había algo que prometía bastante pero más allá de lo carnal, en los ojos marrones de Regina había algo precioso y sentimental. Alzó una mano que repasó desde la parte superior de su tabique nasal pasando por sus labios hasta terminar en su barbilla, lugar donde apoyó sus labios y la besó. Escuchó a Regina jadear con ese contacto lo que la motivó a besarle la barbilla de nuevo, dejar una mano tras su nuca para acercarla y probar sus labios. Sentía que se estaba volviendo adicta a sus labios, eran tan suaves y cálidos ¡Deseaba morderlos! Así lo hizo mientras Regina comenzaba a inclinarse hacia adelante al mismo tiempo que dejaba el cuerpo de Emma sobre el mueble. Sus dedos firmes y cálidos dibujaban círculos en sus mejillas. Regina también creía que la boca de Emma era el manjar más rico del universo sobre todo cuando la punta de la lengua lamía en su boca insistiendo para abrirla. Tuvieron que separarse porque le faltaba la respiración, ambas jadeaban en una posición donde Regina estaba con más firmeza entre sus piernas.

-Eres hermosa-. Emma acarició su mejilla, Regina inclinaba el rostro contra la mano para dejar que le hicieran cariño –Y en esta habitación eres solo mía-. La morena se mordió el labio, sus ojos entrecerrados y ese gesto la hacían lucir más atractiva que nunca.

-"Afuera también soy solo tuya"-. Moduló antes de sujetarla por la nuca y la cintura, quería levantarla para tenerla frente a frente.

Sin más tomó un control que descansaba en el mueble y lo apretó, el radio que estaba cerca del LED tocó jazz ¿Cómo sabía que le gustaba eso y cómo descubrió su ubicación? Coqueta y con una sonrisa se le acercó para tenderle una mano, había modulado "Esto es un clásico" porque no había nada más sensual que estar solas bailando jazz. Pegó su cuerpo al de ella como antes, sus caderas estaban unidas y se contorsionaban lentamente, ella descansaba su frente en el cuello de esta, estar entre sus brazos era su posición preferida.

-Mi aspecto no es el más sexy del mundo, lo lamento-. Comentó Emma, escuchó a Regina reír bajo, sabía que era una respuesta de "No me jodas con eso, te ves estupenda" –Es que estaba sola, no pensé que llegarías de hecho...-. Suspiró, la morena empezó a hacerle cariño sobre la espalda con su mano –De hecho es una sorpresa de lo más encantadora... mmm

-"Bailar lentamente contigo, lo añadiré a mi lista de cosas favoritas que tengo sobre ti"

-¿Tienes una lista?-. Estaba inclinada para mirarle la cara –Me gustaría leerla-. Regina negó con una sonrisa de forma torcida, era secreta y solo suya. Se quedaron en silencio pero sus ojos no se despegaban de la otra, el ambiente se volvía cada vez más cálido –¿Qué hubiera pasado si no se te hubiera ocurrido venir a nombre de tu madre en el verano?

-Mmm-. Suspiró sonriendo –"No estaría ocurriendo esto"-. Llevó las manos al borde del pantalón de ella, repasando sobre la piel blanca y suave de su cintura, de su vientre, sobre el ombligo, abriendo camino con sus manos hasta posarlos sobre las copas de sus sujetadores. Vio como Emma abría los labios dando un gemido ¡Cuánto amaba ese sonido! La rubia se acercó a su oído, sosteniéndose del cuello de Regina para jadear suplicando.

-Sácame la blusa

Pero no lo iba a hacer así, no de esa manera. La música de Jazz seguía sonando de fondo pero no la tomaban en cuenta, habían creado su propia atmósfera donde no podían dejar de mirarse. La tomó de la cintura y la espalda anclándosela al costado de su cuerpo, Emma se abrazó a su cuerpo con las piernas a las caderas de "Cenicienta" y sus brazos los dejó de nuevo en el cuello, pero esa posición no duró mucho cuando la depositó en la cama lentamente. Había dado otro gemido, la rubia estaba receptiva y la anticipación a ser "devorada" por esa mujer la ponía mucho peor.

Mi Cenicienta (Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora