La Luna Del Alfa Luna Nueva ©

Capítulo Veintitrés: Sabía Que Vendrías

Alice

—¡Bastian! —. Tuve que cubrirme los oídos cuando el rugido de Byron hizo temblar la casa, pero aún así, no lo detuve.

Byron corrió escaleras arriba mientras yo dejaba mi chaqueta en el recibidor y lo seguía tan rápido como podía hacerlo. Ambos estábamos preocupados.

Frente a la puerta de la habitación de Bastian estaba Jonás quien, al vernos llegar, bajó la cabeza en señal de vergüenza y se hizo a un lado en cuanto Byron lo empujó al entrar a la habitación de su hermano.
Yo no tuve tiempo de recriminar al lobo alfa, sólo me quedé un poco atrás para evaluar la situación de Jonás. Había rasguños en su rostro y en sus brazos, pero fuera de eso, no sangraba ni estaba herido de gravedad.

Al menos teníamos eso a favor.

—¿Qué sucedió? —. Lo tomé por los brazos y él negó con su cabeza mientras sollozaba—. Jonás, cálmate y dime qué es lo que pasó.

Él asintió y, tembloroso, confesó.

—Estábamos pescando en el bosque, no quería dejarlo solo pero él insistió en que necesitábamos más cebo o no terminaríamos de cazar lo suficiente para esta noche. Entonces yo me di la vuelta un momento y él... —negó repetidamente con su cabeza—. Alice, sólo me di la vuelta y esa cosa lo atacó sin que yo pudiera reaccionar rápido.

Miró sus manos y gruñó molesto, herido.

—Traté de pedir ayuda, aullé fuerte pero Tyler estaba lejos haciendo patrullaje y yo estaba solo... —me miró asustado—, para cuando los guardias llegaron, yo estaba herido pero esa cosa le había desgarrado la piel a Bastian que no pudo convertirse ni siquiera. Traté y traté de detenerlo pero... Alice, perdóname. No pude hacerlo, yo... Perdóname, de verdad... Lo siento tanto.

Negué y lo abracé para calmarlo.

—Estará bien. Bastian es fuerte —acaricié su espalda—, lo hiciste bien, Jonás. No es tu culpa.

—Sí lo es... Si yo no fuera tan débil —negó sollozando—, si Clark no hubiera llegado a tiempo, el íncubo nos habría matado a los dos y no...

Lo abracé de nuevo.

—Está bien, Jonás. Hiciste lo que pudiste y ahora tenemos que tratar de salvar a Bastian, ¿Oíste?

Lo dejé de abrazar y entré a la habitación de Bastian.

—¿Bas?

Era más grande que la mía, casi no podía encontrarlo hasta que bajé mi mirada y vi a Byron hincado a un lado de la cama. Tomando la mano de su hermano quien se encontraba dormido, sumido en un sueño que juro me asustó hasta que pude ver su pecho inflarse cuando respiró.

—Bastian...

Ver al pequeño hermano de Byron tendido en la cama me desconcertó puesto que jamás lo había visto de aquella manera. Bastian estaba durmiendo mientras que Byron lo miraba con suma tristeza y yo me quedaba a pie de su cama.

Temía por su vida.

Los rasguños en su rostro eran claras marcas de su pelea con aquel monstruo. Sus manos estaban llenas de ellos al igual que sus brazos y algunas marcas de mordidas también. Como si no le hubiese sido bastante suficiente a aquella bestia.

—Clark dijo que el estado es crítico pero estable, todo dependerá de la recuperación que en su opinión será más lenta porque los rasguños del íncubo fueron...

—¿Y quién le dio a ese idiota el permiso de revisarlo? —. Espetó Byron y miró de malas a Tyler quién estaba de pie a un lado de la cama.

—Era el único doctor cerca de la casa. No podíamos perder tiempo, alfa —. Tyler no bajó la cabeza aunque estaba angustiado por la ira de Byron.