Epílogo

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Alice

Miré a Jake dormir mientras yo cuidaba su sueño. Tenía los ojos cerrados y su respiración era tranquila y suave, como si él mismo supiera que estaba a salvo de todo aquello que antes lo aquejaba. Lejos de Jonás y su maldad.
Quise ser fuerte, traté de no llorar, pero la verdad es que lo hacía incluso sin darme cuenta. No podía soportar saber lo que Jonás me dijo en su último momento y aunque quise no creerlo, Mack terminó por confirmarlo una vez que lo revisó.

—Lo siento, Jakie... —besé su frente apoyándome en ella—, en serio lo lamento, hermano. En serio lo siento.

Apenas había pasado un día después de la batalla y aún sentía como si todo acabara de suceder.
Byron estaba abajo arreglando todo lo que hacía falta para el entierro de mi amigo Tyler. Incluso Bastian estaba a su lado mientras que Clark estaba siendo curado por Mack, aunque siendo sinceros, no sabíamos exactamente cómo lo iba a hacer si Jonás lo había mordido cuando aún era mitad lobo y mitad demonio.

Así que sólo quedaba esperar.

Esperar a que todos volvieran a ser lo que eran antes y a que el lugar fuera como alguna vez lo fue cuando yo apenas llegué aquí, sin guerra ni destrucción; sólo un pueblo tranquilo que desbordaba felicidad por el resto del lugar. Como si no les importara lo que ocurría en el mundo de allá afuera, lo que no estaba en sus tierras y que desconocía todo acerca de ellos.

Incluso yo trataba de no pensar en ello.

No deseaba pensar en otro mundo que no fuera este y menos dejar de lado la realidad en la que ahora me encontraba. Aún cuando Tyler haya muerto, aún cuando todos estuviéramos heridos, en serio, estaba agradecida de tener una oportunidad más de vivir.
Tenía a Jake y a mi familia a salvo y eso era lo único que me importaba ahora.

Por ahora.

Miré a mi hermano retorcerse en la cama hasta que despertó asustado y de inmediato lo tomé de los hombros para hacer que me mirara.

—Jake, todo está bien. Tranquilo —. Él manoteó hasta que me vio—. Está bien, Jake. Estás a salvo.

—¿Alice? ¿De verdad eres tú?

Asentí y él me abrazó sin perder más el tiempo.

—Por Dios... —. Susurró tembloroso—. Creí que lo había soñado como las otras veces. Creí, por un momento, que había muerto.

—No, hermano —murmuré acariciando su cabello—, todo está bien. Ya estás a salvo.

Él me miró y acarició mis mejillas para verme sonreír después aún con las lágrimas acumuladas en mis ojos.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo? —. Preguntó acariciando mi cabello—. No puedo creer que haya pasado tanto tiempo, creciste mucho, Ally. Te ves más grande, ¿En serio has estado a salvo todo este tiempo?

—Con Byron, sí —asentí besando sus manos cuando las tomé—, todo este tiempo he estado aquí.

—¿Hablas de Byron Hale? —. Dijo confuso y asentí.

—El mismo.

—Creí que te encontrarían. Perdóname, debiste sufrir demasiado a lado de él —. Negó y me abrazó de nuevo—. No debí permitir que me llevara, debí protegerte como siempre, perdóname, creí que estarías a salvo y que Abby te hallaría antes de que pasara cualquier cosa.

Yo lo abracé también.

—No pasó así, Jake. Ella no me encontró, sino Byron, él me cuidó durante todo este tiempo —. Lo hice mirarme y sonreí—. Te agradará, Byron no es lo que parece, en serio. Tienes que conocerlo tan pronto te sientas mejor.

La Luna Del Alfa Luna Nueva ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora