Capítulo Veintidós: Toda Una Historia

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Alice

Abrí los ojos a penas sentí el calor del sol en mi espalda que de inmediato fue cubierta por la manta de la cama.
Sonreí al ver a Byron cubrirme y después volver su mirada a mí cuando vio que su trabajo estaba hecho.

—Vuelve a dormir.

Negué cerrando mis ojos unos segundos y tomando su mano entre la mía después.

—He dormido lo suficiente.

—Siento haberte despertado.

—Nada de eso —besé su mano—, gracias por cubrirme.

—Sabes que siempre te voy a cuidar —lo escuché sonreír—, incluso de un resfrío.

—Mmm, mi protector —. Me estiré en la cama. Mi espalda dolía como el carajo pero estaba bien—. Creo que puedo dormir tranquila mientras estás conmigo, ¿Verdad?

Él asintió de inmediato y sonreí.

—Es genial tener un lycan guardián de esposo.

Lo noté  contento mientras acariciaba mi cabello con suavidad.

—Me gusta verte así.

—¿A qué te refieres? —inquirí burlona—, ¿Revolcada?

Él palideció y yo comencé a reír fuerte cuando lo vi asustarse por su propia pregunta.

—No, no es... No iba a decir...

Me obligué a callarme y besé sus labios para sellarlos.

—Lo sé, lobo.

—Hablo de que me gusta verte al dormir y cuando despiertas —sonrió nervioso cuando se recuperó—, me gusta cuando sonríes al verme cuando abres los ojos por la mañana.

—Todos los días que me despierte y vea al hombre que tengo frente a mí siempre voy a sonreír —acepté esa idea—, y me diré a mí misma "veinte años juntos y aún no se limpia la nariz por las mañanas"

Su cara cambió radicalmente y empecé a reír cuando cubrió su nariz pensando que quizá era cierto lo que le había dicho.

—¡Alice!

Reí de nuevo y lo miré alejando sus manos de su rostro.

—Tranquilo, alfa —sonreí besando sus manos con cariño para pedir su perdón—, era una pequeña treta.

Él negó con su cabeza y se acercó a mí con una risa fingida.

—Que graciosa, señora Hale.

—Admite que fue muy gracioso.

—Calla —sonrió y plantó un beso en mis labios con delicadeza—, quiero ser romántico y mi esposa se pone a bromear con mis fosas nasales.

—No niegues que fue divertido.

Él negó de nuevo y dejé que me besara otro rato mientras yo enredaba mis dedos en su cabello jugando con él.
Delirando por Byron y sus roces tan discretos conmigo.

Alice...

—Dime —. Sonreí en sus labios.

—No hables, quiero besarte —rió en mis labios—, y mucho.

—Tú empezaste.

—¿Yo? —preguntó irónico—, estás loca.

Seguí besándolo sin entender su broma pero sin decir nada al respecto ya que estaba satisfecha con sus besos y digamos que no quería parar ahora.

La Luna Del Alfa Luna Nueva ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora