Capítulo Treinta Y Siete: Confianza

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Alice

—Es un hechizo simple.  

Escuché la voz de Tyler cuando tomé el portarretratos viendo como la foto se movía una y otra vez como si fuera un vídeo.

—Ahora entiendo que el hechicero que lo hizo fue él —. Murmuró al vernos a ambos junto a Jonás aquel día en que Bastian tomó la foto como inicio de una nueva vida.

—No lo entiendo. Estaba tan feliz con nosotros ese día... —. Susurré recordando que él, junto con los chicos, me había ayudado a escoger mi vestido de novia.

—Jonás siempre fue impredecible —. Negó mirando la foto y creí que por un momento un sentimiento extraño afloraba en Tyler.

—¿Lo querías?

—¿A esa sabandija? Por supuesto, era mi amigo más cercano después de Byron pero sabía que aún así él poseía una conexión especial con Bastian. Era su mejor amigo así como Byron el mío —. Se encogió de hombros—. Prefiero creer que, desde el momento en que lo adoptamos, él fue mi hermano menor. Que fue más que mi amigo y se volvió parte de mi familia porque yo lo crié como Byron a Bastian. Yo fui su hermano mayor.

—Nunca te pregunté lo que sentiste ese día en que por fin se quitó la máscara.

—Dolió —murmuró—, era mi amigo y creí que a pesar de ser tan serio como lo soy a veces, él sabía que lo quería. Que también lo amaba tanto como a Bastian porque son... Eran, mi familia. Jonás fue mi familia hasta el momento en que me tronó el cuello.

Vi la tristeza de Tyler y no pude evitar sentirme mal cuando esta se hacía cada vez más y más grande hasta hacerlo llorar en silencio.

—Aún recuerdo cuando lo encontré, ¿Sabes? —sonrió al tomar el cuadro—, estaba casi desnudo y gruñía a todos los lobos. Incluso mordió a Byron cuando quiso tomarlo, pero a mí no; él se aferró a mis piernas en cuanto me vio porque tal vez creyó que yo era parte de su familia. Claro, ambos éramos lobos del mismo color y creo que por eso decidió ocultarse bajo mi cuerpo cuando Byron trató de tomarlo del cuello para cargarlo.

»Jonás era un cachorro de apenas tres años pero ya podía cazar por su cuenta, incluso cuando su manada fue absorbida por la nuestra, supe que él nunca tuvo una familia. Que lo habían abandonado a su merced desde que nació porque él era un mestizo, mayormente humano y un lobo dócil. Así recuerdo al cachorro gruñón que aparece en mis memorias.

Byron miró a Tyler en silencio y bajó su mirada al suéter que sostenía en sus manos. Podía reconocerlo a la perfección porque era el mismo que una vez Jonás me prestó cuando volvíamos a la casa del alfa después de ir a buscar mi vestido.

—Al principio tu esposo iba a mandarlo al orfanato de la manada pero yo me negué en cuanto Jonás empezó a lloriquear cuando lo separaron de mí —. Rió con tristeza y apretó sus manos rompiendo el cristal del retrato—. Lo arrebaté de los brazos de Clark y lo abracé a mí. Desde entonces, lo crié como a mi propio hijo y cuando tuvo la edad suficiente para parecerlo, fue mi hermano. Yo le enseñé a caminar como un humano, le mostré como atrapar a la presa más grande e incluso lo vi convertirse en adulto cuando eligió portar la marca de la guardia del alfa.

»Y no fue hasta esa noche que vi a un Jonás diferente al que yo crié, al que le cambié los pañales y le enseñé a ir al baño, al que alimenté y cubrí bajo mi brazo para que nunca se sintiera sólo —. La voz de Tyler se agudizó—. Me di cuenta de que mi amor por él me cegó y no me permitió ver que mi adorado cachorro en realidad se convirtió en un demonio. En un verdadero monstruo.

La Luna Del Alfa Luna Nueva ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora