Capítulo Veinte: En Todo El Mundo

40.5K 2.7K 443
                                    

Alice

Ya había pasado media hora desde que Byron se había quedado dormido y yo no dejaba de mirarlo para convencerme a mí misma de que el hombre que tenía frente a mí era mío.
Completamente mío.

Se sentía extraña la manera en la que mi corazón lo había elegido sin siquiera conocerlo del todo. Mis ojos sólo podían verlo a él, mis manos sólo querían ser besadas por él y por alguna razón, mi cuerpo se sentía atraído al de él por un lazo invisible que no me dejaba alejarme por mucho tiempo.
Al principio pensé que eso era anormal o que tenía que tener alguna clase de confusión respecto a mis sentimientos, sin embargo, poco a poco, Byron se encargó de demostrarme que mi corazón no había elegido en vano. Que lo amaba y que él es a quien yo quería elegir desde un inicio.

Es la persona con la que me imaginé que compartiría el resto de mi vida.

Al verlo dormir, un sin fin de pensamientos cruzaron por mi mente en aquel momento. Ninguno morboso, claro está, pero sin duda era la única vez que había visto al alfa tranquilo y sin muestra de seriedad bajo esas cejas fruncidas y tupidas.
No sabía qué es lo que me había traído hasta aquí, o cuál era el motivo que hizo que me quedara exactamente; pero aquí estaba y aquí me quería quedar. No tenía intenciones de irme a ningún otro lugar.

En Byron existía una cualidad que estaba segura de que nadie más vería en él, o al menos, nunca lo harían como yo.

Algún mechón de su cabello me impedía verle el rostro por completo, pero aún así seguía mirando como estaba tranquilo al dormir. Quizá más de lo que es cuando está despierto.
Sus labios estaban cerrados totalmente y barbilla aún seguía viéndose realmente fuerte. No me extrañaba que no hubiera arruga alguna en su rostro, pero viéndolo de cerca, pude notar el pequeño lunar que se ocultaba a un costado de su nariz. Jamás lo había visto.

Con mi mano y con suavidad, quité el mechón de su rostro y sonreí al verlo por completo. Tan perfecto.

Descansaba tranquilo y sus ojos estaban cerrados. Sus labios ahora permanecían completamente pegados y quise reír porque esta sería la única vez que vería a Byron de aquella manera. Sin renegar.
Me sentía como si estuviese viendo a un perfecto Adonis en aquel momento. Sin ninguna presión, sin miedos y sin prejuicios; era sólo Byron. El alfa terco y oscuro que había conocido hace no mucho tiempo.

No quería imaginarme lo que habría sido de Byron si yo no hubiese llegado justo en el momento en el que lo hice. Sé que no posee un carácter que a todos complace, mucho menos que se lleve tan bien con alguien como con Bastian o conmigo; así que no me imaginaba a Byron en otro lugar solo y enojado con la vida. Ese no es el alfa que yo quería ver alguna vez.
A veces me preguntaba que, si Byron se hubiese quedado solo toda la vida, ¿Qué habría sido de él? ¿Yo dónde estaría? ¿Y qué habría pasado con Bastian y la manada?

Aunque la respuesta siempre era un escenario que jamás quería ver con mis propios ojos.
Tal vez Jake estaría vivo o quizá yo habría muerto con él en aquel bosque, puede ser que incluso hubiera vivido en Inglaterra por el resto de mi vida y quizá habría conocido a alguien diferente. No lo sé, otro hombre que no se pareciera en nada al alfa que ahora tenía frente a mí.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y acaricié de nuevo su mejilla para asegurarme de que me sentía. Para que supiera que yo jamás lo dejaría solo por el simple hecho de que lo quería. Que lo amaba.

No me imaginaba siquiera mi vida sin Byron ahora, simplemente no me la imaginaba, no podía. No sólo por el hecho de que ahora mi vida se centraba en él y en Bastian, sino porqué también no creía que alguien fuera capaz de hacerle daño a un ser tan divino como lo es este hombre.
Sí, tal vez tenga un pésimo carácter y no controle muy bien lo que sale de su boca; pero es un excelente hombre. Yo lo sé y lo he visto cuando su sonrisa ilumina su rostro. Cuando llega y me abraza dejando el dulce aroma de fresias en mí y aún más cuando sus labios rozan los míos, rompiendo cualquier barrera entre los dos y entre lo que se supone no debe de ser.

La Luna Del Alfa Luna Nueva ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora