La Luna Del Alfa Luna Nueva ©

Capítulo Treinta Y Seis: Expectante

Alice

—¿Alice?

Abrí los ojos poco a poco y escuché la voz de Bastian fuera de la habitación.
Me giré en la cama pero Byron ya no estaba, aunque sí había una bandeja con mi desayuno en la mesa que estaba de su lado. Seguramente había tenido que arreglar unos asuntos y me había abandonado por ello.

—¿Qué pasa, Bastian? —. Tallé mis ojos para despertar.

—Byron me mandó para saber si ya estabas despierta.

—Ahora lo estoy... —. Dije antes de bostezar.

—Lamento haberte despertado —se escuchó avergonzado—, puedes dormir un poco más si quieres. No hay problema, haré que te traigan el desayuno más tarde.

—No hay problema —negué con mi cabeza y me senté en la cama cubriéndome con la sábana—, no puedo dormir más. Además, Byron me dejó el desayuno aquí y ya me dio algo de hambre a decir verdad.

—Oh, ¿Quieres que te traiga algo más?

—¿Cómo un té? —. Bromeé.

No lo pensé al decirlo pero cuando hubo un silencio total del otro lado de la habitación supe que tal vez no había sido una buena idea.

—Yo pensaba más en un café, pero si lo deseas, con gusto lo haré.

Negué con mi cabeza sientiéndome un tanto incómoda ahora.

—Estoy bien, Bas.

—Entiendo. Estaremos abajo para lo que necesites.

—Gracias —. Sonreí al ponerme de pie con las sábanas enredadas en mi cuerpo.

—De nada, Alice.

Lo escuché alejarse y entré al baño para tomar una ducha antes de cualquier cosa. Sabía que el olor que emanaba de mí no era exactamente lindo, bueno, no es que no supiera la razón pero sería vergonzoso que alguien más lo supiera, en especial los lobos de allá abajo.
Ellos tienen un excelente olfato para mi mala suerte.

—¿Cómo voy a arreglar esto? —. Susurré mientras tallaba mi cabello y comenzaba a pensar en qué hacer con Bas.

No estaba segura si era correcto hacer burla de lo que habían pasado, pero yo ya no lo veía de mala manera, sé que sí teníamos que resolver esos asuntos antes de cualquier otra cosa pero no sabía cómo acercarme a Bastian sabiendo que él es el más sensible de todos y que yo aún estaba molesta con él. A pesar de todo, sabía que lo que hizo no fue algo sencillo para él y que me había puesto en riesgo también, aunque no sabía si eso realmente era lo que me había molestado o si tenía que ver con el hecho de que me traicionó como hermano, no como amigo, sino como familia. No lo sé.
No quería más secretos en la familia y mucho menos un nuevo ataque entre nosotros mismos, así que quería solucionar todo esto antes de que pasara algo más.

No quiero otro demonio en la familia.

Ahora más que nunca, creía que estando unidos podríamos llegar al fondo de todo esto porque yo no me tragaba el cuento de que Jonás sólo buscaba hacerle daño a Byron nada más porque sí.
Sabía que en sus motivos existía un interés que nunca antes pude ver y que ahora estaba frente a mis ojos a pesar de que no sabía qué es lo que estaba buscando. No podía ser un odio mal infundado, y estoy segura de que esa idiotez de que me amaba también era una mentira, es decir, sería una obsesión en todo caso.