Ley de Profesor |LouisTomlinson|

Capítulo 43

Me quedé en shock ¿aquello era una declaración?¡Sí! Bueno, no del todo pero lo había insinuado así y yo me lo tomaba como un sí.

No me dió tiempo a responder, Louis había comenzado a besarme mientras sujetaba mi cara para que no me apartara de él. Jadeé sobre sus labios cuando mordió mi labio inferior y tiró de él.

-Te he echado de menos- susurró sobre mis labios.

Abracé su cuello y sin separarme de él volví a besarle. En aquel momento no me importaba nada, ni que mi padre me estuviese esperando en casa, ni que estuviera besando a otro que no era mi novio y mucho menos estar en la plaza principal de Doncaster.

Louis bajó las manos por mi cuerpo y apretó mi cintura con fuerza. Mis manos no podían parar de acariciar su suave pelo, había extrañado la manera en la que se enredaba en mis dedos cada vez que lo tocaba.

Las calidas manos de mi cintura se colaron por el interior de mi camiseta tratando de subirla pero se lo impedi cuando estaba a punto de descubrir mi sujetador.

-Pueden vernos- dijé mirando por las ventanillas.

-Las ventanas son tintadas- argumentó sin soltar la camiseta- Nadie nos verá.

-Sí, sí lo harán.

Agarré sus manos y bajé mi camiseta. Louis suspiró, yo también quería tener sexo pero no iba ha hacerlo estando la posibilidad de ser pillados en pleno mete-saca.

-Llevame a algún lugar donde no haya nadie- pedí mirándolo. Louis frunció el ceño sin entenderme pero cuando levanté ambas cejas pilló la indirecta.

Louis arrancó el coche y en menos de cinco minutos estábamos estacionados en el arcen de las afueras de Doncaster. Sin pensarmelo dos veces me quite la camiseta y pasé a los asientos de atrás sonriendo a Louis de forma descarada.

-¿Vienes aquí?- pregunté. Sinceramente me parecía bastante incómodo hacerlo en la parte delantera de un coche, aunque también sería incómodo hacerlo en la parte de atrás.

Louis también pasó a la parte de atrás conmigo. Cogí el dobladillo de su camiseta y se la quite dejando aquel torso que me volvía loca, aquella vez no era una fantasía, la frase estaba en su pecho, era Louis. Mi Louis. Pasé las manos por él mientras Louis repartía besos en mi cuello y en el valle de mis pechos.

Sus manos fueron hasta mis pantalones y los desabrocho para bajarlos.

-¿Sabes lo mal que lo he pasado estos días?- preguntó susurrando en mi oído. Yo también lo había pasado mal pero no iba a decírselo era más orgullosa que eso- Te necesitaba tanto que dolía. Te veía con Liam por el puto instituto y me entraban ganas de matarle.

Besé sus labios y le hice callar. Mis manos vagaron por su espalda hasta llegar a la  costura de su pantalón oscuro. Lo desabroche y lo bajé para comenzar a acariciarle por encima del boxer.

Desabrochó mi sujetador y comenzó a jugar con mis pechos mientras me retorcia debajo de él.

-L-Louis- pedí cuando agarró uno de ellos con la boca.

Una de sus manos acariciaba mi muslo interno y aquella vez sus ojos azulados sí me miraban de verdad. No era una simple ilusión óptica, él me miraba con pasión y algo de ternura, pidiendome permiso para dejarle hacerle a mi cuerpo lo que él quisiera. Cerré los ojos sin poder aguantar su mirada abrasadora y me corrí mientras él seguía estimulandome.

-Me encantas- le oí decir mientras me bajaba las bragas y tocaba mi cadera con los dedos.

Me encantaba cada vez que pasaba los dedos por cada zona de mi cuerpo, como algunas veces me tiraba del pelo cuando estaba desenfrenado, como se movía encima de mi y como me besaba por todo el cuerpo. Lo nuestro era pasión, pero pasión enamorada y no me avergonzaba admitir que estaba enamorada de él por muy idiota que fuera en ciertas ocasiones. Louis colocó el preservativo y cubrió mi cuerpo.

-Louis, por favor- volví a pedir mientras sentía su miembro rozandome.

-Dime una cosa- pidió, le miré algo enfadada, él veía la necesidad que tenía ahora mismo y lo único que él quería era ¿hablar?- Dime que me quieres.

-Te quiero, Louis- dijé para que me oyera bien.

Louis sonrió y embistió con fuerza dentro de mi arrancandome un grito de placer. Sus manos agarraron las mías en un intento por controlar su respiración. Estabamos incómodos, los asientos de la parte trasera eran muy pequeños y teníamos que estar lo máximo pegados para no caer.

Por desgracia, el estar enamorada de él había hecho que gastara más maquillaje llorando por él que poniendolo en la cara pero haber confesado que le quería, de forma inconsciente, me había aliviado.

El sudor comenzó a acumularse en su frente mientras seguía moviéndose encima de mi. Sus gemidos roncos se colaban en mis oídos. Le besé mientras Louis se corría segundos después de haberlo hecho yo.

Descanso su frente encima de la mía sin soltar en ningún momento mis manos. Su seguridad en el sexo me hacía sentir a mi misma segura.

-Quiero que me digas una cosa y quiero que seas sincera conmigo- habló con la voz entrecortada mientras tomaba largas bocanadas de aire.

-¿Otra?- pregunté divertida. Louis se rió pero su dulce risa no duro mucho ya que su rostro se torno serio.

-¿De verdad quieres acabar con lo nuestro?

(Dedicado a ReniCalatan)