Ley de Profesor |LouisTomlinson|

Capítulo 40

Aquella misma tarde, Liam apareció en mi casa y vimos una película.

Liam me tenía entre sus brazos mientras veníamos "Todos los días de mi vida".

Mi cabeza estaba medio escondida en su cuello. La película, buena, pero que ya había visto mil veces, me comenzo a aburrir así que con cuidado comencé a repartir pequeños besos por el cuello de Liam. Le noté tensarse debajo de mi así que continué repartiendo besos cada vez más prolongados. Su piel se puso de gallina y agarró con más fuerza mi cuerpo.

-Emma...- gimió.

-¿Mhh?- pregunté sin despegar los labios de su cuello.

-La peli.

-Podríamos hacer cosas más interesantes.

Subi a sus labios con la intención de besarle. Liam agarró mi cintura con fuerza y me colocó encima de su regazo mientras seguía moviendo sus labios encima de los míos. Sus manos vagaron por mi espalda hasta encontrar el final de está y comenzar a subirla. Dejé que su boca bajara por mi mentón y llegara al valle de mis pechos mientras cerraba los ojos arqueandome para él.

Cuando los abrí me encontre con su mirada azulada, mirándome casi con pura adoración. Volví a besarle mientras las manos de Louis iban al cierre de mi sujetador para quitarlo. Comencé a desabrochar su camisa y a recorrer su pecho, extrañada por el hecho de que no estuviera la frase tatuada. Se había afeitado lo que le daba un toque más joven pero igual de sexy. Sus manos, suaves, acariaron uno de mis pechos mientras yo trataba de no gemir sobre sus labios. Noté como la entrepierna de Louis comenzaba ha hacer presión por lo que me movi buscando algo de fricción.

-Eres preciosa- susurró en mi oído.

Abrí los ojos, la voz de Louis había cambiado, al igual que sus ojos que eran ahora marrónes. Dándome cuanta de la locura que estaba a punto de cometer bajé de su regazo y me cubri con el sujetador.

-¿Me pasas la camiseta?- pregunté señalandola con la cabeza.

Liam, sin entender nada, se levantó y me dió la camiseta del suelo para ponermela. Su torso estaba al descubierto dejando ver un cuerpo de gimnasio.

-Lo siento- hablé cuando ya tenía puesta la ropa y Liam estaba a mi lado- Y-Yo no...

-Tranquila, no pasa nada- pronunció Liam en voz baja. Bajé la mirada y aquello estaba abultado y ¡joder, menudo abultamiento!

Pasé las manos por mi pelo, frustada, mientras apartaba la mirada del monstruo que tenía Liam entre las piernas para mirarle a la cara.

-N-No  sé que me ha pasado, yo quiero... ¡de verdad que quiero!, pero no sé- hablé con dificultad. Liam me abrazó y besó mi pelo.

-Sólo estas asustada.

Simplemente me encogi de hombros, preferia que Liam pensara que estaba asustada por tener sexo a que supiera que estaba pensando en otro cuando estaba con él a punto de hacerlo. ¡Qué incluso el rostro de Liam fue sustituido por el de Louis y que cuando habló lo jodio todo! Hubiese seguido moviendome y desnunandome encima de Liam sí él no hubiese articulado palabra, todo por culpa de Louis. Él tenía la culpa.

Necesitaba zanjar las cosas con Louis, dejarnos las cosas claras a ambos, olvidarme de él para poder estar con Liam pero no tenía ni puñetera idea de cómo hacerlo.

***

El viernes tenía que preparar una pequeña mochila para irme al pueblo donde vivía mi padre. ¿Para que quería verme? Nuestra relación nunca fue la mejor de todas desde que mis padres se divorciaron, ambos trataron de ponerme en contra del otro y yo, al ser tan pequeña, me fui con mi madre mientras que mi padre se enfado con mi decisión de querer estar con mi madre, pero era lo que cualquier niño habría hecho en una situación semejante.

-Cuando llegues llámame- me pidió mi madre antes de subirme al autobús.

-Está bien.

-Pasatelo bien- pidió dándome un beso en la frente.

-Me iré de fiesta- comenté con ironía y una ligera carcajada antes de subirme al autobús.

Doncaster no era un pueblo muy conocido, además todas las veces que había estado allí me las pasaba encerrada en la casa de mi padre y los adolescentes que vivían allí eran todos unos inmaduros que me caían mal.

Pasé el viaje en autobús escuchando música y leyendo alguna cosa que encontraba por internet.

Cuando llegué mi padre estaba en la parada de autobús. El pelo castaño, casi tirando para rubio, estaba escondido por un sombrero.

Parecía que mi padre no envejecia, siempre llevaba aquel estilo desenfadado pero por muy relajado que pareciera era un hombre gruñón y enfadica.

-Hola, papá- saludé cuando llegué a su altura. Él se inclinó para darme un beso en la mejilla.

-¿Qué tal el viaje?- preguntó agarrando la bolsa donde llevaba algo de ropa.

-Largo.

Montamos en su coche y nos dirigimos hacía su casa en un silencio que sólo era roto por alguna simple pregunta. Nuestra relación era tensa, cuando era más pequeña había intentado que fuera mejor pero ahora me daba igual. La relación con mi padre estaba muerta.

-¿Vas a decirme para que querías verme?- pregunté mirandole mientras conducía.

-Quiero pasar algún tiempo contigo antes de tú mayoría de edad- explicó como sí nada.

-Papá, nos conocemos.

El coche se detuvó enfrente de una casa familiar. Papá hacía dos años que vivía allí con Melanie, su novia. No se habían casado pero según Melanie "estaban locamente enamorados".

-Quiero que conozcas a alguien.

Papá salió del coche conmigo detrás. Todo aquello estaba resultando muy raro.

Incluso antes de entrar en la.casa estaba incómoda, daba gracias el tener que pasar sólo una noche allí.

Oí un llanto proveniente de una las habitaciones.

-¿Qué es eso?

-Ven.

Mire a mi padre algo asustada y le seguí sin hacer preguntas fin fiarme completamente de él. Las escaleras nos llevaron hasta el dormitorio principal donde Melanie estaba sentada en la cama sosteniendo un bebé sobre sus brazos. Lo miró de forma maternal antes de levantar la mirada para observarme a mi y después a mi padre.

No, no y no. Tenía que ser una puta broma. Dios mío, era una maldita broma pesada. Alguien tenía que estar grabando mi cara de poker en ese instante porque no era normal lo que estaba viviendo ahora mismo.

(Dedicado a Larry_Fantasyxx)