Emma
No he dormido nada y mi cabeza está a punto de explotar por la falta de sueño. Los nervios se han apoderado de todo mi cuerpo durante la noche, y en lo único que podía pensar era en la prueba que tengo que hacer hoy. Solo imaginar el ridículo que puedo llegar a hacer, el corazón empieza a latirme frenéticamente y el miedo de caerme me produce un nudo en el estomago que casi no me deja ni comer.
Aprendí baile en las pequeñas escuelas de mi barrio. Desde que mi abuelo me regaló mis primeras puntas me ha apasionado bailar, sobre todo ballet, bailes clásicos, hip hop, tango, salsa... Siempre me ha gustado y me he quedado embobada mirando la pantalla de la televisión cada vez que alguien bailaba. Todas las películas de baile me las sé también de memoria de todas las veces que las he visto, y aunque yo no tenga una preparación profesional ni haya ido a una escuela con prestigio, me siento igual de capacitada que todos los que se puedan presentar a esa prueba, pero claro, una cosa es pensarlo tu misma, y otra muy distinta es bailar delante de un jurado profesional que estarán estudiando cada movimiento que haga.
Termino de preparar y guardar en mi macuto todo lo que necesitaré para el examen. Miro detenidamente mis bailarinas, están un poco rotas de todas las veces que las he usado y su color rosado ha perdido su brillo de los lavados, pero no puedo permitirme comprarme unas nuevas. Ahora mismo, mi abuela y yo vivimos con su pensión de viudedad y de jubilación, y muchos meses tenemos que hacer malabares para pagar todos los gastos que tenemos.
Cuando lo tengo todo preparado, salgo de mi habitación y me dirijo al comedor a saludar a mi abuela, que está sentada en su butacón de toda la vida mientras ve en la televisión su programa favorito.
—Buenos días. ¿Tienes hambre? —le pregunto mientras le doy un beso en la cabeza.
—¿Ya es hora de comer? —me pregunta mirándose el reloj de la muñeca. Ese reloj que nunca se quita ya que se lo regaló el amor de su vida, mi abuelo.
—No, es hora de desayunar. ¿Te apetece un vaso de leche con galletas?.
—Si cariño, gracias.
Voy a la cocina para prepararle su desayuno y el mío. Un café con leche bastante cargado de cafeína, y un ibuprofeno para que se me quite el dolor de cabeza, y un vaso de leche con solo una cucharada de azúcar para mi abuela. Siento un miedo en el pecho que no desaparece, unos nervios que me están comiendo por dentro y una ilusión por tener la oportunidad de demostrar lo que puedo hacer a gente importante que me está trastocando todo el cuerpo. Así soy yo, una persona que no puede sentir una sola cosa a la vez, que tiene que tener una mezcla de sentimientos dando igual si son contradictorios o no.
Vuelvo al comedor con todo preparado en una bandeja y me siento al lado de mi abuela para desayunar juntas. Miro la tele intentando distraerme y veo que son los mismos programas de cotilleos que hacen siempre. ¿Por qué le gustará tanto a mi abuela esos programas?.
—Tienes mala cara. ¿No has dormido bien? —me pregunta mi abuela obligándome a que aparte mi mirada de la televisión.
—Estoy nerviosa. —le digo mientras le ayudo a cortar a trozos las galletas y a echárselas en la leche para que se ablanden.
—¿Por qué?
—Hoy tengo la prueba.
—¿Qué prueba? —levanto mi vista y miro a los ojos de mi abuela para ver que realmente no sabe de lo que estoy hablando. Un pinchazo en el pecho hace que me den ganas de llorar, pero no me permito hacerlo.
—La de la academia de baile. La tengo dentro de una hora. —le explico lentamente para que recuerde.
—¡Ay si!. Lo vas a hacer muy bien mi niña. —y me acaricia el pelo como cuando era una cría.— Que orgullosa estoy de ti.
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Baila Conmigo (1° Trilogía Conmigo) COMPLETA.
RomancePortada realizada por eewriter!! Gracias. "Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes." Emma recibe la noticia de que su sueño por fin se podrá hacer realidad. Le han dado una beca para estudiar en una de las...