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Alfred se levantó a media noche a causa del dolor en el pecho que le producía la maldita ansiedad. Había sido un día lleno de emociones y volver a ver a Claudia le había hecho revivir bastantes cosas que pensaba tener archivadas hasta el fin de sus días. Aspiró una bocanada fuerte de aire y abrió el grifo para echarse un poco de agua, se miró al espejo y puso todo su empeño en no llorar. "Todo ha acabado, ella no puede hacer más daño", se repetía una y otra vez mentalmente. Miró hacia el dormitorio y vio allí a Amaia dormida plácidamente a un lado de la cama. El hecho de pensar solamente que podía haberle hecho el más mínimo daño, le ponía los pelos de punta.

Alfred se dirigió a la cocina para tomarse un vaso de agua para tranquilizarse. Cogió el móvil y vio un mensaje de ¿Su madre? Lo miró.

"Pequeño, acaba de avisarme el tío de tu amigo que han detenido a Claudia. Me ha contado todo lo sucedido. ¿Estas bien? Queremos ir a verte unos días para asegurarnos de que estas perfectamente. Recuerda que ya todo ha pasado y que no volverá a molestarte. Llámame cuando leas esto o cuando te despiertes. T'estimo molt"

Una lágrima recorrió la mejilla de Alfred, se sentía tan culpable de que sus padres estuvieran tan lejos de su hogar. Si no fuera por él, Claudia no habría aparecido, su hermana seguiría viva y sus padres estarían con él, en su casa. Esa es una de las cosas que más le carcomen por dentro. Sabía que sus padres adoraban Barcelona y adoraban vivir donde vivían, si no hubiera sido por él, ellos seguirían felices aquí y no tendrían que haber empezado una nueva vida lejos de todos los recuerdos malos que él produjo en su día.

Resbaló la espalda por la pared de la encimera y se hizo un ovillo mientras las lágrimas no paraban de inundar sus mejillas. Después de varios minutos en esa posición una mano se posó en su hombro y él asustado miró de quien se trataba.

Amaia le miró con cara de preocupación y abrió los brazos para acogerle entre ellos, Alfred se escondió en el pecho de la chica mientras ella le tranquilizaba poco a poco diciendo "Ya pasó, estás conmigo" una y otra vez mientras le acariciaba la espalda arriba y abajo y le daba besitos en la frente en señal de apoyo.

Cuando se tranquilizó un poco miró a Amaia y la sonrió susurrando— Gracias— débilmente.

Amaia le devolvió la sonrisa y acariciando su mejilla susurró también— De nada, vamos a dormir que es muy temprano aún.

Alfred asintió y se fueron de nuevo a dormir.

(...)

Estaban desayunando tranquilamente en la cocina de él. Amaia le miró con cara de preocupación y con un puchero le dijo— ¿Estás mejor cucu?

Alfred puso toda su atención en ella y le sonrió. Le hizo un gesto para que se acercara donde se encontraba él. Ella se levantó y se dirigió a su asiento. Él la cogió de la cintura y la puso en su regazo, ella sonrió al estar tan cerca de él. Le dio un beso de esquimal que hizo que ella se sonrojara y después ella se lanzó a sus labios. Juntaron sus frentes y Alfred habló por fin— Sí, ya estoy bien. Y todo gracias a ti...

—Te quiero.

—Yo más...— le dio un pico y prosiguió hablando— ¿Quieres hacer algo especial hoy?

—Pues esta tarde he quedado con Aitana para hacer unas compras... pero por la noche estoy a tu disposición completamente...

—¿Eso es una propuesta indecente novata?

Amaia sonrió pícara — Mmm puede... te voy a dar el beneficio de la duda... ¿Quedamos o no?

—Claro...si quieres podemos cenar en mi casa y vemos una peli o algo...

NOVATA | ALMAIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora