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Alfred llegó a su casa y cogió lo que tenía que coger. Hoy tendrían el último ensayo en el conservatorio antes del concierto, que se celebraría dentro de dos días. Amaia y su "perrito faldero" le habían dicho que mejor quedaban ya allí. Lo que hace que Alfred esté muy cabreado, sabe que si dice algo parecerá un chico celoso y que la controla y no lo era. Solo la quería proteger de ese niñato navarro que solo pretendía joder a marrana viniendo aquí.

Ángela tampoco estaba muy contenta con la llegada del navarro, lo sabía por cómo le miró cuando pasaron por casa ella y Martí para coger unas cosas. A Javiera, por el contrario, le parecía súper bien, lo que ha hecho que Xus también este totalmente de acuerdo con que es un chico maravilloso como le ha hecho entender Javiera, aunque también tenemos que tener en cuenta que ellas no tenían ni idea de lo que había pasado con Amaia nada más llegar a Barcelona. "Que bien se vive en la ignorancia" siempre pensaba el catalán.

Salió corriendo de su casa y se dirigió al conservatorio. En la puerta se encontraba esperando Aitana sola, con el móvil. Lo que le pareció un poco raro ya que se supone que Amaia debería de haber llegado hace más de diez minutos por el mensaje que le había mandado, pero bueno, siendo Amaia, lo más probable es que se había retrasado por cualquier cosa. Así que no le dio mucha importancia. Se acercó a su amiga y esta levantó la vista del móvil y le dedicó una sonrisa.

—Hola monito ¿Qué tal? — dijo Alfred abrazando a la catalana.

—Bien ¿Y Amaia? — le dijo cuándo se separó de abrazo.

—Ni idea. En su casa, supongo.

Aitana le miró con cara de no entender nada y se cruzó de brazos. Le sabía leer perfectamente y sabía de muy buena mano que no estaba bien, aparte, su intuición femenina le decía que tenía que ver con su otra mejor amiga. Así que, sin más preámbulos le dijo acariciándole el brazo —A ti te pasa algo... ¿Entramos y me lo cuentas?

Alfred suspiró y asintió, se dirigieron dentro del edificio en silencio. Aunque Aitana por dentro estaba ansiosa por saber lo que había pasado. Aunque tenía ganas y estaba preocupada por partes iguales.

Entraron y se sentaron en las escaleras que había al lado de la clase de canto. Allí esperarían a Amaia. Alfred tomó una larga bocanada de aire y Aitana le tocó un poco el hombro dándole el apoyo que necesitaba.

—Un amigo de Amaia de Pamplona ha venido y no me cae muy bien. Sé perfectamente que ella tiene todo el derecho a tener los amigos que quiera, y no me molesta que ella pase tiempo con él. Pero...estoy preocupado...

—Espera— le frenó Aitana— ¿No se supone que Amaia lo pasó horrible porque sus amigos de Pamplona no la hablaban?

—Por eso estoy preocupado Aiti. Ella lo ha pasado muy mal por él y me parece muy extraño que venga así de la nada.

Aiti asintió y volvió a darle una caricia en el brazo— Y... ¿Le has comentado tu preocupación a Amaia?

—Hablé un poco con Mario, el chaval este, y ella estaba delante. Le recordé lo que había hecho, pero de mi preocupación, no, para nada.

—Vale, yo creo que deberías hablar con ella de esto. Sois pareja y las parejas se apoyan y hablan las cosas antes de que se pongan más tensas.

Alfred lo pensó. Había estado pensando en cómo comentarle a su novia esto que le estaba reconcomiendo por dentro. Pero no encontraba ninguna forma en la cual no parecía un controlador y un celoso.

—Creo que voy a hablar con ella. Aunque se pensará que soy un controlador o algo y no lo soy, lo único que quiero es que no le hagan daño como me lo hicieron a mí.

NOVATA | ALMAIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora