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–¿Por qué simplemente no aprendes a conducir para poder recoger a tu novia?

Erik bajó de la camioneta, no le molestaba llevar a James, pero había días en los que solo quería quedarse en casa a dormir, o simplemente estar solo.

–Porque no quiero aprovecharme de la camioneta – Lo empujó con el hombro – Debes distraerte un rato.

James se puso en puntillas para buscar a Tanzie, repasó los rostros que se encontraban fuera pero ninguno le resultó tan familiar.

–Le llamaré, tal vez siga adentro.

–Iré a sentarme por allá –. James asintió aún mirando el teléfono.

Bostezo mientras caminaba hacia algún lugar libre del jardín, su mirada divagaba un rato como solía hacerlo siempre. Entonces la vió sentada una esquina con el ceño fruncido mientras se veía hundida en ese viejo libro. Aquí estaba la cuestión ¿Se acercaba a ella o no? Si se acercaba pensaría que la estaba siguiendo y si no tal vez se arrepentiría, lo pensó por cinco segundos y caminó lentamente en su dirección.

– Hola – Al fin se animó a decir, la chica apretó su mochila y alzó lentamente la mirada, al reconocerlo esbozó una sonrisa, lo conocía, conocía ese lindo rostro.

–Hola – Regresó la mirada a su libro – ¿Me estas siguiendo?

– Claro que no – Arrugó la frente. James aun lidiaba con su teléfono – Acompañé a un amigo, jamás pensé que estudiabas artes.

–¿Por qué tan siquiera pensarías en mí? – Erik la miró y Mara arqueó una satisfactoriamente– ¿Y tú qué estudias?

–Clínico laboratorista – En ese momento sintió orgullo de lo que hacía – En general.

–Ah – Respondió desinteresada, el silencio fue tan incomodo que Erik pensó en levantarse e irse. Tanzie ya había salido y lo miraba de reojo.

–¿Qué lees? – Le pregunto mientras trataba de adivinar el título del libro.

–El amor en tiempos del cólera – Se mordió el labio para reprimir la sonrisa – Gabriel García Márquez.

–Sé quién es – Asintió arrugando la nariz – Solo que no he leído nada de él.

–¿Es enserio? – soltó una risita – ¿No eres de leer libros? Bueno, tampoco te culpo, no es la típica literatura inglesa a la que estamos acostumbrados.

–La verdad es que no – sonrió – Soy más de películas.

–Pero en tu carrera necesitan teoria – entrecerró los ojos – ¿No?

–Gran parte es práctica, aunque si hay demasiada teoría que memorizar.

–¿Te gusta? – Le preguntó ella.

–Pues no está mal – Hizo una mueca – Me he acostumbrado.

–Te diría que me parece interesante, pero no me siento atraída a esos temas.

–No eres la única – Hubo un pequeño silencio – ¿De qué trata tu libro?

–No quieres saberlo – Le dijo ella regresando su mirada a él – No quieres saberlo, porque yo te podría decir de qué trata y tu solo fingirías estar interesado, porque sabes que nunca lo vas a leer. Estás tratando de sacar un tema de conversación para seguir conversando conmigo ¿No?

Erik soltó una risa y a ella le pareció demasiado tierno que tratará de continuar la conversación.

–Tienes razón – Afirmó – ¿Cuál es tu nombre?

–Ya lo sabes – Él la miró confundido.

Mara recargó su brazo en el barandal y puso su barbilla sobre sus largos dedos.

Sus ojos verdes estaban un poco más claros de lo normal.

– ¿Cómo sabes que sé tu nombre? – Entrecerró los ojos

–Porque si tan solo piensas que carrera puedo estudiar, entonces ya debes saber mi nombre.

Erik quería responderle pero escuchó lo llamaban a lo lejos, ambos voltearon, Tanzie alzaba los brazos tratando de llamar su atención, chasqueó los dedos y señaló con su dedo el reloj de James. Erik hizo una mueca, eso de ser chofer no le traería nada bueno y comenzaba a disgustarse.

– ¿La conoces? – Mara lo sacó de sus pensamientos, la chica ya tenía la mirada de nuevo en el libro.

–Es la novia de mi amigo – Se levantó y metió las manos en sus bolsillos – Fue un gusto volver a verte, Mara

Mara, Mara, Mara. Le gustaba como sonaba con su voz, guardó en su memoria el rostro de Erik para tal vez llegar a completar el retrato, asintió.

–Me da gusto que te diera gusto.

Y ya estaba, no dijo nada más, seguía exhorta en sus pensamientos.

No trataba de ser grosera, simplemente era su forma de ser, no era una sumisa, le hubiera gustado conversar más con él, le hubiera gustado conocerlo más. Y el simplemente no le rogó, no era lo suyo, no trataba de juzgarla, ni siquiera la conocía, no estaba interesado en ella ¿Por qué él lo estaría? Si tenía a Ágata, pero no podía negar que había algo en ella que le atraia como un imán.

–¿De qué hablaban? – Preguntó poniéndose a su lado y jalando a James de la mano.

–Nada de qué preocuparse.

– No confio en ella.

–Tanzie, no tengo nada con ella ¿de acuerdo? Solo hemos hablado, tengo novia, gracias por preocuparte, dale un respiro a la chica.

Entró al auto derrotado, James no hizo ningún comentario, Tanzie no volvió a abrir la boca, todo el camino a casa estuvieron callados.

Mara #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora