– ¿Estas segura que no quieres nada?Ramona compraba víveres por la noche, le gustaba no tener nada que hacer después de llenar el carrito de compras con alimentos.
–No, estoy bien – Alzó los hombros – Supongo que pediré una pizza o algo.
Ramona se fue. Mara sacó de su maleta la colección de películas de Stephen King de su padre. Odiaba las películas de terror, jamás leyó algo de ese mórbido autor, lo único que sabía era que su padre era un gran fan de su trabajo, inconscientemente se inspiraba de él.
Cuando era pequeña se escabullía en la biblioteca, estaba un poco abandonada y en una caja encontró todas las películas también unos cuantos libros. Los guardó y trató de leerlos pero el miedo le helaba la sangre. Cuando su padre murió y el banco les quitó todo, lo único que guardó fue eso, su preciada colección, en honor a él su frase del anuario de la secundaria "El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella."
Casualmente ese fue el primer libro que hojeo de Stephen King, La milla verde. Dos meses antes de que su padre muriera esa frase se le quedó grabada en la cabeza, su padre estaba en esa frase, su padre se encontraba en cada caja de película, en cada hoja del libro, en cada parte del terror que esas historias marcaban a Mara. Eligió it la película que más le aterraba, Ramona tenía un reproductor de vídeo casero, se echó la cobija encima, se recostó en el viejo y oloroso sillón mientras tomaba una taza de té tibio.
Se quedó dormida, dormida con el terror y soledad en su piel.
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Mara #1
PoetryEra bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes. - Gabriel García Márquez