Erik pasó la mayor parte del día nervioso, después de su entrega de papeles el jefe de departamentos de una escuela particular hablaría con él, gracias a los contactos de su madre se presentó dicha oportunidad. El dia de su graduación finalmente llegó, por supuesto asistieron todos los de la universidad de físico-químicos. Estaba algo cansado, compartía mesa con la familia de James, sus padres estaban ahí, así como la madre y el hermano de Erik. La velada fue triste y tras varias semanas sin hablar con Ágata se enteró que ella ahora salía con un buen amigo de su padre; rico y con la mirada al futuro que ella tanto anhelaba. También circulaban rumores de que estaba embarazada pero realmente lo tenía sin cuidado, aunque por una parte se alegraba de que por fin consiguió lo que quería.
Tras hablar y convivir con tantas personas esa noche, la cabeza de Erik seguía pensando en asuntos del pasado, caminó hasta el balcón. Se quitó el saco, arremangó las mangas de su camisa, se deshizo la corbata, y cuando la noche lo cubrió y el viento le hacía cosquillas recargó los codos en el barandal, cerró los ojos e intentó relajarse.
El vestido con escote en v elegido por Mara esa noche era precioso, llevaba su cabello recogido y maquillaje natural, cuando llegó al gran salón muchas de las miradas se posaron en ella, chicos que la conocían de vista, chicos que habían tenido algo con ella y hombres mayores que fantaseaban con ella. Rodó los ojos ante los cuchicheos y nerviosa buscó a Erik con la mirada, cada paso que daba era vigilado y sentía como la piel de su espalda comenzaba a erizarse, para su suerte localizó a James hablando muy acaramelado con una pelirroja, él no se dio cuenta hasta que Mara estaba a su lado.
–Hola James –le sonrió.
– Mara –tragó saliva ruidosamente – ¿Pero qué haces aquí? Digo puedes estar aquí, pero ¿Qué haces?
Mara se mordió el labio nerviosa y vio a la pelirroja con una mirada extrañada, se presentó con ella y después volvió a James.
– Vengo a buscar a Erik, es importante ¿sabes dónde está?
James asintió y con el dedo señaló hacia el balcón, a Mara le dio un vuelco el corazón y se le formó un nudo en la garganta al ver a Erik solo en el frío, asintió y antes de ir hacia él fue al tocador, se lavaría las manos y se tranquilizaría, pues aún no sabía qué era lo que iba a decir. La respiración comenzó a volverse pesada, se mojó las manos y se refrescaba un poco la cara, notó en el reflejo del espejo la melena rubia que le había hecho pasar dolores de cabeza. Ágata salió con su cabello dorado y lacio agarrado solamente con un fino pasador de diamantes, un vestido color rosa pálido en forma de túnica, honestamente se veía hermosa. Mara apretó los labios mientras ella se recargaba a un lado y arqueo una ceja con desprecio.
– ¿Qué haces aquí? –le preguntó con un tono agrio.
Mara la encaró y le dedicó una sonrisa de lado.
– Creí que había quedado claro que no debías de acercarte a Erik o ¿acaso no has tenido suficiente?
Si existiera un concurso de miradas penetrantes y matadoras en el baño jamás debilitaría ni intimidaría a Ágata Jones, porque había crecido creyendo que era lo mejor y hasta el día de hoy estaba segura que nadie la rebajaría ni la haría sentir menos, mucho menos una don nadie como Mara Mosen.
–Si, bueno, tengo algo importante que decirle a Erik –arrugó la nariz – Además no debes de hacer tanta bilis Ágata, estas en cinta.
Los ojos caramelo de Ágata se abrieron de repente, Mara se dio cuenta que su dedo meñique comenzaba a temblar, miró al lavabo tratando de articular palabra y después volvió a mirar a Mara suavemente.
– ¿Cómo sabes eso? –tocó su vientre –. Ni siquiera se nota tanto, casi nadie lo sabe, no tienes por qué...
– Porque estamos en la misma situación. –mintió.
ESTÁS LEYENDO
Mara #1
PoetryEra bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda y un aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes. - Gabriel García Márquez