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Llegaron al departamento, Erik no sabía cómo sentirse sobre Mara en el mismo lugar totalmente empapada. La chica se quitó la chaqueta, las botas y se deshizo el peinado dejando su corto cabello cayera. No lo pensó, rápidamente buscó una toalla limpia y se la tendió, ella le dedicó una tímida sonrisa mientras comenzaba a secarse el cabello y los brazos, se sentó en el sofá y comenzó a quitarse sus medias rotas.

–Te traje esto – Le dijo James tendiendole una camiseta gris y unos pantalones de felpa – Son de Erik.

Mara entrecerró los ojos y Erik lo miró confuso, sorprendido y frustrado. James dio la vuelta y comenzó a preparar café, la chica vio las pequeñas heridas que tenía en las rodillas.

–Hoy no hablas mucho – Le dijo divertida, él solo sonrió – ¿Te sorprende que la vida vuelva a juntar nuestros caminos?

La verdad es que él sabía que la vería esa noche, pero jamás imaginó que Mara terminaría tirada en la calle en medio de la lluvia, después en la parte trasera de su camioneta y finalmente en su sofá a punto de usar su ropa para dormir.

– Así es la vida de inesperada.

–Lo más sabio que he escuchado en la semana – Siguió limpiándose con cuidado las rodillas.

– ¿Te duelen? –. Erik cambió de sillón para ahora estar junto a ella.

-–Un poco, no es nada. Cuando era pequeña me fracturé la pierna, así que he pasado por cosas peores que unos rasguños ¿tienes alcohol y algodón?

Fue a buscar el botiquín que tenían en el baño, cuando regresó, él mismo llenó el algodón de alcohol y comenzó a pasárselo por las heridas.

–Prefiero este ligero dolor a pus en mis rodillas, es cero atractivo.

–Nunca me ha salido pus en las rodillas.

–Tenía una amiga en la secundaria que coleccionaba costras con pus –Mara comenzó a reírse –. Era un asco ¿puedes enseñarme tu baño?

Erik señaló el baño al fondo, al cabo de un rato Mara salió vistiendo la camiseta que le llegaba un poco arriba del muslo y los holgados pantalones de pijama. Tendió su ropa húmeda en una silla y se sentó junto a los chicos, mientras tomaban café en silencio.

–¿Solo viven ustedes dos? – Preguntó dándole un sorbo a su café.

– Si, a veces Tanzie se queda pero la mayor parte del tiempo James va a su casa.

Mara iba a preguntar lo mismo de la novia de Erik, pero se mordió el labio y decidió callarse.

–Es acogedor – Asintió mirando alrededor.

–¿Tú no tienes casa? – La pregunta se escuchó mal, pero no la había dicho con esa intención –. Me refiero a que estas quedándote con una amiga ¿no?

–Acaban de echarme de mi departamento y mi cheque no llegará hasta que el banco arregle todo eso que debe de arreglar.

–¿Tu cheque? – Erik arrugó la nariz.

–El gobierno me mantiene, bueno – Puso los ojos en blanco – Es el dinero de mi padre, pero legalmente ese dinero pasa a ser en su totalidad mío cuando termine la carrera, mientras tanto me lo controlan.

–¿Tu padre? – Curioso que era.

–No voy hablarte de eso Erik – Lo miró divertida – ¿Este es un sofá cama?

–Si, pero puedes dormir en mi cama.

¿Qué pensaría Ágata? Mara estaba usando su ropa.

Mara iba a dormir en su cama.

Mara estaba captando su espacio en ese instante y no le molestaba, vaya vista que tenía.

Mara con su ropa puesta y el cabello humedo, lo único que la iluminaba era la tenue luz de la lámpara, era demasiado hermosa.

–¿Qué pensaría tu novia de que estoy durmiendo en tu cama? – Arqueó una ceja

–Bueno, solo dormirás ahí, yo dormiré aquí, ni siquiera tengo intenciones de acercarme.

– Eso sería un abuso de confianza – Ella arrugó la nariz – Solo necesito el sofá, de todas formas es muy raro que duerma en las noches.

–¿Por qué?

–Normalmente pinto toda la noche, es cuando las ideas llegan a mi cabeza.

– ¿Cómo te levantas al otro día?

– Al principio era difícil – Se mordió la uña del pulgar – Me acostumbré, son raras las veces que duermo bien, no me gusta estar encerrada en mi casa. Me gusta desaparecer al amanecer

–¿Y a dónde vas al amanecer? – Erik estaba demasiado interesado en esa fase de la vida de Mara, y aunque no fuera ella, estaría interesado, le gustaba en estilo de vida de las demás personas ya que la suya era un ciclo monótono. 

– Haces demasiadas preguntas ¿sabes? Pero en fin, cualquier lugar en las mañanas es mejor a estar en mi departamento; no es bueno acostumbrarse a la soledad. 

–¿Entonces prefieres quedarte aquí? – Le preguntó Erik por última vez – No hay problema si quieres dormir en mi cama.

–Estaré bien aquí, gracias.

Le tendió una cobija y ella se acurrucó en una esquina tratando de marcarle a Ramona, pero no contestaba. Erik se metió a la habitación de James.

– ¿Y cómo llegó Tanzie? – Se recargó en la puerta

–Bien, ya está en casa – Le sonrió mostrando sus dientes – Oh vamos, te querías quedar con ella.

– ¿Por qué querría eso? – Entrecerró los ojos

– Porque veo cómo la miras – Erik alzó una ceja – Te parece interesante y es atractiva.

–¿Qué pensaría Tanzie si te escuchara decir eso? – Soltó una carcajada

–No dije nada malo ¿Qué pensaría Ágata si sabe que le ofreciste tu cama?

–¿Cómo sabes eso? – Entrecerró los ojos.

–Lo escuché.

–Como sea, se me hizo lo mejor. Me iré a dormir

– Buenas noches.

Mara #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora