Por favor, insúltame. Quiero que me acoses, que me dañes; pero por favor, no vuelvas a dejar que me ahogue en tí. No quiero seguir sufriendo por amor, no quiero sentir esa esperanza mentirosa recorriendo mi espina cada vez que te hago sonreír, me niego a seguir viendo como buscas el amor en otras cuando me tienes aquí, esperando en silencio, sonriéndote, sintiéndote tan cerca, tanto que duele. Me estoy ahogando, cada vez que consigo coger aire vuelves a mi, e irremediablemente vuelvo a caer al fondo, lejos del aire, lejos de la luz; y mientras tú, feliz, vuelas sobre tu propio océano como una gaviota, viendo como me ahogo y sin saber porqué no salgo a respirar. Me estás ahogando, y lo gracioso es que eres tan inocente como el agua de mis pulmones, no eres consciente de ello.