Cuando los lobos se visten de corderos y se unen a los rebaños, los pastores no ven, pero los perros ladran. Cuando la tierra vibra indetectable ante las personas, ellas andan despreocupadas, pero hasta las plantas lloran. Cuando Dios, por obrar en venganza del amor te puso en mi camino, yo miré maravillado el color de tu disfraz, me enamoré de sus costuras, del tacto de tus telas, me enamore de tu piel. Cuando mi yo consciente se enamoró de lo que veían mis ojos, mi animal gritaba, se ahogaba en sus propios llantos, olió su propia muerte; pero las personas no podemos ver más allá de nuestros ojos, no vemos quién está debajo de la piel.