Busco besar tus labios, repasar con mi lengua su anatomía y reír de vergüenza al hacerlo. Quiero acariciar tu espalda, recorrer cada centímetro con la punta de los dedos, poco a poco, deshacer tus nudos, sentir cómo te estremeces, cómo el rubor de tus mejillas se hace cada vez más intenso, ver que poco a poco dominas nuestra danza y tomas el tempo, manipulándolo a tu antojo, acelerando el movimiento de tus manos de una manera errática, animal. Limpiemos de debajo la alfombra el polvo que escondimos antes, acomodemos cojines del sofá, túmbate, cierra los ojos, respira; el beso que despertó a Blancanieves no se dió en los labios que mordieron la manzana.