Cruzamos miradas, te acercas cerrando los ojos. Cierro los mios. Noto tu aliento, cálido, rozando mis labios y fundiéndose con el mío. Nos rozamos, nuestros labios se deslizan y abren, entras en mí, y yo entro en ti; juegas con mi lengua, la acaricias con la tuya y la atrapas con tu boca, me vuelve loco, tus manos acarician mi pelo, bajan por mi espalda y me agarran. Yo acaricio tu rostro, juego con tu pelo, acaricio tu barba, toco tus manos y pierdo la noción del tiempo. La gente al rededor grita, sorprendida nos miran, nos fotografían, pero no nos enteramos de nada. Estamos absortos en un beso, siendo uno, pero no todo es tan bonito. Aquel beso significó tanto para mí que para tí no quedó nada.