Vas a llegar muy alto, que nada ni nadie te diga lo contrario. Jamás pierdas tu sonrisa, tu forma de ser, tu esencia; que esos xenófobos que se acercan a ti como inocentes mariposas y pican como escorpiones no te hagan daño; la maldad se disfraza de inocencia. Sé que nunca te lo he dicho, pero eres uno de mis ídolos; eres capaz de amar a todos, de trabajar y cuidar de los que te necesitan, y jamás te he visto perder la sonrisa. ¿Por qué creen todos que tu velo ha de definirte? Para mí es una armadura, tu traje de batalla, con el que puedes hacerlo todo. Omi, lucha, se aún más fuerte de lo que eres, nada ni nadie podrá quemar tus alas.
