Exhalo; el vaho que emana de mi garganta se combina con el viento y se disipa, viste de libertad y se une a las tormentas. Nos rodeamos de bosques escritos, entre risas y verdades respirábamos el mismo aire, el cual poco a poco se teñía de rosa y nos adormilaba; abre la ventana, deja escapar este sueño, vuelve a la tierra, quedémonos un poco más. De pronto me doy cuenta, mirabas inocente al adversario mientras sonreía, por ti; él se acercaba, tímidamente, alejándose cada vez que te escuchaba respirar, te teme, y aún crees no entenderlo. Un leve silencio, aromas en el aire, un simple beso que, aún escrito, nunca llegó a darse.