Capítulo 6

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Eran las seis menos veinte y yo ya estaba en la cocina preparando café. Sabía que una bronca recaería sobre mi por comer algo que no tenía permitido, pero sinceramente, me daba igual, el café era sagrado.

Una vez terminado salí de la casa para ir al "calabozo" donde estaba el muchacho. Este estaba tumbado en el suelo y para mi sorpresa, bastante herido.

—Dios mío, ¿qué te ha pasado?—dije sorprendida mientras me acercaba a la celda.

Este me miró sin decir nada y luego volvió a mirar hacia el suelo.

—Mierda.—murmuré.

No debía hacer esto. Él había atacado a Alejandría y no tenía ni idea de dónde venía, pero no podía dejarlo así, no soy Negan. Así que sin pensármelo dos veces subí de nuevo y cogí todo lo que necesitaba para volver corriendo y atrancar la puerta, así si quería salir de ahí, tendría que matarme primero.

Abrí la celda y tras iluminarla me acerqué a él. Le di la vuelta intentando no tocar sus heridas pero debí fallar en mi propósito cuando le oí lanzar una maldición por lo bajo.

—Lo siento.—susurré pasando el paño mojado con agua por sus heridas.

Tras limpiarme la sangre le di algo para que mordiera mientras le echaba alcohol en las heridas y luego se las cosía.

—He hecho lo que he podido. No te muevas mucho—le ayudé a sentarse apoyado en la pared—. Quedará alguna que otra cicatriz.—dije tocando la herida de su pómulo como ejemplo.

—Gracias.—susurró muy bajo, yo asentí.

—¿Quién te ha hecho esto?—silencio fue todo lo que recibí—. Necesito saberlo, quiero ayudarte.—

—¿Acaso no lo sabes? Fueron los tuyos.—

—Ellos no son de los míos. Yo no pertenezco aquí.—tras decir eso me levanté y salí de ahí con el agua, las gasas y todo lo demás.

Al salir a la calle las personas que por ahí rondaban me miraron entre extrañados y sorprendidos. Antes de que llegara a la casa, Rick salió de esta y nada más verme su rostro y puños se tensaron.

—¿Qué diablos se supone que has hecho?—dijimos los dos a la vez.

—Es un prisionero. Nos atacó, no tienes que ayudarlo.—

—Prisionero o no sigue siendo humano a diferencia de ti, ¿por qué diablos le has pegado?—

—No tengo que darte explicaciones, Athenea.—dijo serio.

—Entonces yo a ti tampoco.—

—¿Perdona? Tú estás a prueba y de momento vas fatal.—

—Pues me alegro, porque no quiero unirme a alguien que pega a los inocentes.—

—¿Inocente? ¡Abre los malditos ojos!, ¡nos atacó!—

—¡Tú nos robastes las armas!—

—¿Piensas seguir sacando eso cada vez que hablemos?—dijo molesto.

—¿Piensas seguir haciéndole daño?—

—Todo el que tenga que hacerle hasta que hable.—

Pasaron segundos de silencio. Él estaba tenso y yo pensaba si lo que iba a responder me acarrearía muchos problemas.

—Yo hablaré con él.—dije seria.

—No.—

—No era una pregunta. Dijiste que tenía que ganarme el alimento de cada día. Pues bien, estoy harta de no poder comer bien, así que yo me encargaré de él y por cada cosa que nos diga tendré una comida decente.—

INFERNUM (TWD) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora