INFERNUM (TWD) [COMPLETA]

Capítulo 35

Alabama:

—Bueno, pues esto ya está.—dije mientras soltaba la maleta en el suelo.

Me giré para ver a la líder. Athenea miraba fijamente hacia el suelo, absorta. Suspiré y me acerqué a ella a paso lento.

—¿Quieres que me quede?—pregunté al llegar a ella.

—Claro que no.—dijo alzando su mirada para conectarla con la mía.

No pude evitar pensar en lo mucho que había cambiado Athenea a pesar del poco tiempo que hacía desde que la conocía. Cuando la vi por primera vez me impresioné. Era una chica valiente y fuerte que estaba dispuesta a todo por tal de proteger a los suyos. Sus principios estaban claros y no mostraba debilidad. Ahora, esa mujer había sido reemplazada por una que parecía una cría. Su aspecto era deplorable, sus ojos tenían enormes ojeras y habían dejado de brillar, su boca no daba atisbo de sonrisa. Aunque ayer supo idear un plan sabía que su mente estaba confusa. No quería alejarse de las comunidades y no quería separarse de Grimes.

—¿Te has hecho la prueba?—pregunté analizando su rostro.

—No—susurró bajando la mirada—. Me la haré más tarde, ¿vale?—preguntó cuando estaba apunto de recriminarle.

—Como quieras.—dije alzando las manos en son de paz.

—Alabama—me giré ante el llamado de Ghana—. El coche está listo.—dijo echándole un vistazo rápido a la líder.

—Vale, voy en seguida—ella asintió antes de marcharse—. Estaré aquí si me necesitas, ¿vale? Os mantendré al tanto de todo.—dije seria.

—Necesito que me hagas un favor—dijo alzando la mirada, yo alcé la ceja para que hablara—. Llévate a Samuel. Hablé anoche con él y ambos hemos llegado a la conclusión de que es lo mejor. No sé que pasará de ahora en adelante en Infernum pero lo que sí se es que no puedo perderle. Artemisa está fuera de peligro mientras esté con Devon y Adán. Necesito que Samuel esté a salvo también.—

—¿Y qué se supone que les vamos a decir a los de Alejandría?—pregunté confusa.

—Nadie sabe como es. Invéntate un nombre y di que era de tu comunidad.—dijo segura.

—Eso no es mentira.—dije alzándome de hombros, ella asintió.

—No puedo tener debilidades. Sé que ellos os mantendrán a salvo.—aseguró.

—¿Qué piensas decirles del por qué no les ayudarás en la guerra?—pregunté curiosa.

—No les diré nada—alzó sus ojos para fijarlos en los míos—. Les enseñaré algo.—aseguró fría. Y por primera vez desde que la conozco, tuve miedo. 

—¿Qué haces aquí?—preguntó Rick nada más me bajé del coche junto a Samuel.

—Es una larga historia. Él es Thomas, estaba en mi comunidad.—aseguré mientras Sam se colocaba a mi lado.