Capítulo 28

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El resto del día se lo pasaron golpeándome y haciéndome preguntas a las que pude mentir sin problemas gracias al hackeo que había hecho en la alarma el barbudo. Sinceramente los golpes y latigazos dejé de sentirlos cuando sabía que podía mentir sin problemas.

Miré hacia la puerta cuando se abrió y me sorprendí al ver que era el barbudo.

—Hay que hacerlo rápido, no tardará mucho en volver.—dijo mientras se acercaba para soltarme.

Solté un quejido de dolor al sentir mi cuerpo caer al suelo.

—Mierda, lo siento.—dijo mientras me ayudaba a levantarme.

—Hay que sacar a los demás.—dije incorporándome.

—Primero, vístete.—dijo dándome la mochila que llevaba en la espalda.

Saqué los pantalones vaqueros, la camiseta de tirantes negra y los botines para ponerme todo en menos de un minuto.

—Vamos.—dijo cuando me vio preparada.

—Dime que llevas armas.—susurré siguiéndole.

—No podemos dejar rastro o se darán cuenta.—

—¿Y cuál es tu ingenioso plan ahora?—pregunté cuando llegamos a una esquina y vimos a dos guardias.

—Tú la de la izquierda, yo la de la derecha. A la de tres, uno... dos... tres.—

Ambos agarramos a las guardias del cuello desde atrás para poder asfixiarlas. Muertes sin sangre y ruido, chico listo. No pude evitar quejarme al soltar el inerte cuerpo.

—¿Estás bien?—

—Sigamos.—dije ignorando el dolor de mi espalda. Ejercer fuerza había abierto mis heridas.

—Es aquí.—dijo después de cinco minutos dando vueltas y matando a guardias de forma sigilosa.

—Yo vigilo, tú sácales.—dije acercándome a la esquina para ver si venía alguien.

—Athenea.—susurró Wendy al verme. Yo le hice un gesto de que guardara silencio cuando escuché unos pasos desde la escalera que teníamos en frente. Mierda.

—Adentro, rápido.—dije empujándolos a todos, incluyendo al médico a la celda.

—¡Espera!—me chilló en un susurro el chico.

Ignorando su chillido fui hasta la pared contigua a la puerta para ocultarme. Cuando escuché los pasos cerca de la celda me giré y me acerqué a paso lento hasta el guardia. Justo cuando iba a abrir la puerta agarré su cuello para asfixiarlo. Casi estaba muerto cuando unos pasos apresurados me despistaron.

—¡Intrusos!—gritó una voz mientras bajaba las escaleras.

—Mierda.—dije girando rápidamente el cuello del guardia a la que estaba asfixiando para matarla.

—¡Eh, tú!—gritó el guardia al verme mientras se acercaba a mi a paso decidido.

Me puse en posición de lucha y no dude en lanzarle un puñetazo que esquivó sin problemas.

—¿Quieres jugar?, juguemos, muñeca.—dijo riendo para después sacar un cuchillo.

Le lancé otro puñetazo, él lo esquivó agachándose, cosa que aproveché para darle una patada en la cara, no sin recibir un corte en mi muslo. Gemí de dolor y abrí la puerta de la celda de golpe para encontrarme con todos.

—¡Sácales de aquí!—grité mientras el guardia se incorporaba.

Antes de que me atacara le di una patada en el estómago, empujándolo contra la pared. Me tiré sobre él para apretarle el cuello con mi antebrazo.

INFERNUM (TWD) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora