INFERNUM (TWD) [COMPLETA]

Capítulo 29

Mis ojos se abrieron poco a poco. Me había quedado dormida, y había descansado lo suficiente. Me incorporé poco a poco y cuando estuve segura de que podía hacerlo sin caerme, me levanté. Me dirigí al pequeño baño que había en la habitación y casi lloro al verme en el espejo. La ropa estaba destrozada y ensangrentada. Mi rostro y mis brazos tenían montones de magulladuras, arañazos y sangre seca. La piel de mis nudillos estaba rota y tenía sangre seca, no sabía cual era mía y cual del guardia al que le desfiguré el rostro.

Cerré los ojos para coger aire y bajar el nudo que atascaba mi garganta. Me dirigí a la ducha para encender el agua caliente y tras despojarme de la ropa entré. Antes de que me diera cuenta estaba llorando. No por el escozor de las heridas si no por saber que mi hijo, al que creía muerto, estaba vivo. Mi hijo, mi Samuel, estaba con esas putas psicópatas. Salí de la ducha para secarme y enrollar una toalla a mi alrededor no sin antes tratar todas mis heridas, incluyendo todas las de la espalda, era difícil encontrar una parte sin daños.

Salí a la habitación aún envuelta en la toalla y me dirigí al armario para abrirlo. Saqué unos jeans y una camiseta de manga cortas azul marino, supuse que por la talla sería de alguna de las mujeres de Negan. Cogí unos calcetines y me puse los botines que Devon me dio. Me miré al espejo para recogerme mi corto cabello en una cola.

Miré a mi alrededor para buscar algún arma para defenderme en caso de que a algún Salvador le diera por intentar atacarme, después de todo, no era muy querida por aquí. Tras coger un abrecartas y esconderlo en la parte de atrás del pantalón, debajo de la camiseta, salí de la habitación para ir a sala de reuniones donde Negan estaría ideando el plan. Cuando abrí la puerta pude comprobar que así era.

Todas las miradas se posaron sobre mi. Josh me miró enfadado, Wendy decepcionada. Devon con lástima, Negan y Dwight impasibles y Simon con una asquerosa sonrisa.

—Aún toda herida, estás preciosa, joder.—dijo Simon mientras me miraba de arriba a abajo.

—Contadme.—dije sentándome frente a Negan, en la otra punta de la mesa, ignorando a Simon.

—Verás, hemos trazo un plan majestuoso, preciosa—dijo Negan sonriente mientras señalaba la pizarra de su lado, la cual estaba llena de dibujos del edificio en el que estuvimos—. Verás, el edificio estará muy dañado debido a las explosiones, reparar eso junto a quemar a todos aquellos que hayan muerto por los infectados que dejasteis al matar a los guardias que os encontrabais nos dará la ventaja suficiente como para atacar y debilitarles. Crearemos tres grupos. El A, será la distracción, estará compuestos de los que escapasteis, así creerán que habéis ido a cobrar vuestra venganza. Entraréis por la puerta por la que escapasteis—dijo señalando la misma en la pizarra—. El grupo B, estará compuesto por mi gente y se encargará de atacar por delante—dijo señalando la puerta principal—. El grupo C, estará compuesto por los intrusos. Aprovecharán la distracción para infiltrarse desde arriba. El barbudo conoce unas cuantas entradas que no están vigiladas.—dijo Negan señalando al techo donde había un monigote con una larga barba.

—Bien, salimos esta noche.—dije levantándome dispuesta a irme.

—Dirás salís.—dijo Negan haciéndome girar.

—¿Qué?—pregunté confundida.

—Que nosotros iremos, tú no.—dijo Negan serio.

—Déjate de bromas, Negan, no pienso quedarme aquí cuando—

—No puedes ir en tu estado—me cortó Devon haciendo que lo mirase—. Estás grave, Athenea. Un paso en falso y se acabó para ti. Debes quedarte aquí. La otra opción es que esperemos hasta que te recuperes.—

—¿Cuánto tiempo es eso?—preguntó Dwight.

—No hace falta esperar, estoy bien.—dije molesta mirando al que alguna vez fue mi amigo.