INFERNUM (TWD) [COMPLETA]

Capítulo 1

Un mundo lleno de arrastrados.

Un mundo en lo que nada importa, sólo sobrevivir.

Todo comenzó hace unos años. A lo largo del tiempo he conocido y he perdido a muchos, y hoy, estoy aquí, en una comunidad que lucha por conseguir una vida estable, una comunidad con orden y armonía, y por supuesto con normas.

Negan, él es nuestro único maldito problema, nadie de aquí le desobedece. Cuando llegué, la comunidad ya trabaja para él, igual que Hilltop, una comunidad en la que Gregory, un insensato y cobarde, gobernaba.

Viene cuando le place y sin avisar, y hoy, no es la excepción.

El sonido de su bate chocando en la reja suena tres veces seguida mientras silba, los motores de los camiones se escuchan de fondo.

Josh y Linda, dos de los que se encargan de la visión del exterior en ese momento abren la puerta dejando así ver la estúpida sonrisa de Negan, seguido de su paso con sus camiones pisándole los talones.

Se acercó a Anne, la líder, una mujer de unos cincuenta años, alta, delgada, morena y de profundos ojos azules.

—Buenas, linda flor.—dijo Negan sonriente.

—Buenos días, señor.—dijo ella entre dientes. Lo odiaba, tanto como yo.

—Espero que tengáis todo, no quiero tener problemas con vosotros, después de todo, sois mi mejor comunidad.—

—Tranquilo, señor, recogimos lo que usted pidió.—dijo Anne seria.

—Así me gusta.—dijo Negan con su asquerosa sonrisa, luego miró hacia mi y yo apreté mi mandíbula para aguantar los gritos que quería escupir en su rostro. 

Se acercó a mi lentamente y levantó a Lucille para colocarla despacio en su hombro aún sin dejar de mirarme a los ojos. Levanté el rostro para dejarle en claro que no le tenía miedo.

—Buenas, señor.—dije seria.

—Buenos días, Athenea—dijo lentamente—. Espero que estés descansando correctamente, no quiero que mi mejor recolectora caiga enferma.—

—Seguro que eso no ocurre si usted deja lo justo.—

—Tan directa como siempre.—dijo tras reír.

—Señor-uno de sus hombres interrumpió nuestra conversación—. Faltan quince armas.—

—¿Quince armas? Joder, eso es mucho, ¿no crees?—dijo Negan mirándome.

—Llegó gente nueva.—dijo Anne rápidamente.

—¿Gente nueva?—

—Sí, hace unos meses, todos estaban enfermos, así que estuvieron en cama y de la noche a la mañana, tras recuperarse, cogieron las armas y se fueron.—explicó mi líder.

—Joder, que cabrones.—dijo sonriente.

—Las conseguiré y te las llevaré personalmente en menos de dos días.—dije seria haciendo que su mirada brillante y la de reproche de Anne cayeran sobre mi.

—Los matarás y se las arrancarás de las manos.—dijo feliz.

—No, conseguiré otras.—dije seria.

—No era una pregunta, cielo. Quiero que los mates y les arranques las armas de sus podridos dedos.—dijo sonriente mientras apretaba a Lucille.

—Sabes que no somos así.—

—Sé que eres así cuando la situación es extrema, y créeme, lo es. Después de todo, estamos tratando con una comunidad en revolución, y necesitamos armas.—