INFERNUM (TWD) [COMPLETA]

Capítulo 34

Los camiones de Negan entraron bajo el silencio de la comunidad. Todos estábamos en nuestras posiciones y mi mano no temblaba al apuntar.

Ignoré la asquerosa sonrisa de Simon y el echo de que Dwight no estaba para centrarme el fruncido ceño de Negan. 

—Soltadlos.—dijo Negan serio.

Varios de sus hombres tiraron de los que iban en el coche de Rosita para empujarlos hasta situarlos tras Negan.

—Iba yo tranquilamente paseando por las carreteras cuando me encuentro con un coche de los tuyos muy lejos de tu comunidad y muy cercano a Alejandría, ¿sabes que putamente extraño me pareció eso? Así que me acerqué y los saqué del coche amablemente. No querían hablar así que tuve que matar a uno de ellos, nadie importante, no te preocupes. Uno de ellos dijo que llevaban a alguien de vuelta. Al principio no entendí nada pero luego me puse a enlazar cosas en mi mente: el mal humor de Grimes, más gasolina de vuestra comunidad gastada, el echo de que no te importara no tener ni una cama en tu casa como si no vivieras aquí, tu desaparición repentina un día porque "buscabas cosas tu sola para los lisiados", el echo de que La Jefa no saliera nunca a recibirme, hasta que en mi cabeza hubo un maldito click. Joder, habías estado jugando conmigo. Conocías a Alejandría, ¿cómo no ibas a relacionarte con ella cuando te relacionas con Hilltop? Había sido tan ciego durante todo este tiempo. Pero no pasa nada, Athenea, ha sido un juego muy divertido. Tú moviste ficha—dijo haciendo un gesto a sus hombres—, ahora me toca a mi.—

En menos de un minuto sus hombres habían acribillado a varios de los míos, hubo jadeos y llantos a mi espalda.

—¡Parad!—chilló Negan cuando coloqué mi fusil es su frente con el dedo en el gatillo. Si no había disparado era porque varios de sus hombres me apuntaban—. Sepárate si no quieres que esto se ponga peor—dijo serio. Gruñí mientras me separaba de él—. Vamos a hacer las cosas bien, Athenea. Voy a enseñarte quien soy—dijo serio haciendo de nuevo un gesto. Varios de sus hombres se movieron y no dude en matar a uno de ellos—. ¡No!, ¡joder, Athenea!, ¡no!, ¿¡quieres que mueran todos o qué coño te pasa?!, ¡suelta el puto fusil!, ¡ahora!—tras varios segundos de meditación, cumplí su orden al oír las súplicas a mi espalda.

Sus hombres se dirigieron hacia los míos, no sabía a quienes pues mi mirada estaba fija en Negan hasta que un golpe en mi cabeza me hizo dejar de verlo a él para ver la oscuridad. Escuché susurros y llantos. A Negan diciendo una y otra vez que no quería hacer esto pero que debía hacerlo. Mis ojos se abrieron poco a poco, adaptándose a la oscuridad.

Habíamos abandonado la comunidad, ahora estábamos en medio de un campo. Agradecía que así fuera porque si siguiéramos en Infernum muchos morirían. Me incorporé para ponerme de rodillas intentando tirar de la cuerda que ataba mis muñecas. Negan se acercó a mi al verme despertar y me agarró del brazo para tirar de mi, sacándome del camión. Los enormes focos me cegaron y cuando me acostumbré a luz mi corazón se encogió.

Tyron, Artemisa, Russell, Verona, Alabama, Samuel, Duxy, Max, Arizona y Devon. Todo estaban situados en una fila. En silencio y mirando con odio a Negan. ¿Qué diablos hacía Max aquí?

—No hagas esto.—dije de inmediato al ver la figura de Negan. Éste ignoró mi súplica y me empujó hasta situarme entre Verona y Alabama.

—¿Que no haga esto? Estás de coña, ¿cierto? Confié en ti, Athenea, os di putos privilegios, y tú vas y te unes a Rick y su puto grupito de mierda, ¿es esa forma de agradecerme?—dijo serio—. Siempre os di privilegios, teníamos una maldita relación putamente sana, ¡incluso os ayudé contra la psicópata ninfómana! Pero no fue suficiente, ¿cierto? Tu siempre quieres más, siempre fuiste ambiciosa, nena—dijo agachándose para estar a mi altura. Escuché el llanto de Duxy y el gruñido de Max—. No sólo te uniste a ellos, Athenea. Seguro que te follaste a Grimes, dime, ¿la tiene grande?—dijo divertido, yo apreté la mandíbula—. Seguro que sí—dijo divertido—. Bueno, empecemos ya que tengo ganas de divertirme, joder—dijo levantándose—. A ver, ¿por quién empiezo? Podría empezar por ti. Rechazaste a mi amiga, eso no se hace—dijo señalando a Max—. O por ti, quien no dudó en atacar a su madre cuando esta te salvó de una psicópata—dijo señalando a Samuel.