INFERNUM (TWD) [COMPLETA]

Capítulo 27

—Athenea, acabamos de llegar al Basurero. Hablamos luego. Cambio y corto.—dijo la voz de Josh a través del walkie.

Bajé del coche tras dejar el walkie en su sitio y me dirigí al grupo que inspeccionaba el edificio.

—¿Alguna novedad?—pregunté mirando los cuerpos de los podridos.

—No, hay un grupo inspeccionando los cadáveres y hay otro mirando el edificio.—dijo Linda mirándome.

—Vale, iré a inspeccionar los alrededores, ya sabéis qué hacer si pasa algo—ella asintió—. ¡Wendy, Rex y Olíoto, venís conmigo!—

El trío me siguió sin dudarlo y empezamos a ver las pequeñas tiendas de alrededor y las calles que no estuvieran taponadas.

—Estoy harta de matar a estas mierdas.—dijo Wendy bufando.

—No podría estar más de acuerdo.—dijo Rex en un susurro.

—Wendy y Rex, id hacia la izquierda. Olíoto, vienes conmigo.—

—¿Estamos buscando algo en concreto?—preguntó Olíoto mientras miraba a los alrededores.

—Cualquier cosa que nos indique dónde coño están.—dije antes de matar a un arrastrado.

Seguimos caminando en silencio hasta que escuchamos un disparo. Rápidamente nos giramos y al ver la estela de humo echamos a correr y no paramos hasta llegar a donde estaban Wendy y Rex, quienes luchando contra más de veinte caminantes.

Sin dudarlo saqué mi hacha y mi cuchillo. Le clavé un cuchillo a un arrastrado mientras empujaba a un podrido con el hacha. Luego varios arrastrados más hasta llegar a ese puto momento en el que una de tus armas se queda en el cráneo de uno de ellos y tienes que apañártelas con otra arma. 

—Vamos allá.—dije con el cuchillo en mano. Llevaba diez arrastrados cuando escuché el grito de Rex, había caído al suelo y tenía dos arrastrados sobre él. Uno lo empujó con la pierna y el otro estaba apunto de morder su cuello. Justo antes de lanzar mi cuchillo una flecha atravesó su cráneo, cayendo encima de Rex.

—¿Estás bien?—preguntó Wendy mientras le ayudaba a ponerse en pie.

—Eso creo, gracias.—susurró sacudiéndose la ropa.

—¿Qué diablos ha pasado?—preguntó Olíoto mientras limpiaba su arma.

—Era una maldita trampa.—dijo Wendy rehaciéndose la cola.

—Dejaron sus cosas por aquí y nos tendieron una puta trampa.—dijo Rex mirando a los inertes cuerpos de los podridos.

—¿Hay algo interesante?—pregunté mirando las mochilas ya revisadas por Wendy y Rex.

—Se llevaron todo lo importante.—dijo Wendy seria.

—Volvamos con los demás.—dije antes de girarme para ir de vuelta al edificio.

Una vez allí mi garganta se secó y mi mente se puso en blanco.

—Pero, ¿qué cojones?—preguntó Olíoto tan estupefacto como yo.

Los camiones estaban ardiendo y nuestros compañeros habían desaparecido. Me acerqué en busca de algo que me dijese qué coño había pasado. 

—Athenea.—

Me giré ante la llamada de Rex y me señaló el techo del edificio. Uno de mis hombres estaba colgado y tenía una extraña bandera clavada en su pecho.

—¿Qué mierda es esto?—susurré para después girarme encontrándome con un rostro desconocido cerca del mío.

—Bu.—dijo antes de que un golpe en mi cabeza me hiciese desmayarme.