Capítulo 41 "Enamorado de ti"

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La moto de Kas estaba en su casa, por eso tuve que pedirle a mis hermanos que me dejaran mi camioneta.

—Es una suerte que pudieran sacar nuestras motos legalmente— dijo Kas mientras conducía.

—¿Cómo que legalmente?— pregunté.

—Eh, pues... Solo digamos que la Yamaha negra tiene más antecedentes que todos juntos en el club.

Me reí y regresé la mirada a la carretera. Por supuesto que los tenía, sería extraño que esta fuera la primera vez que las motos de los River's son confiscadas.

—Me gusta verte así, bombón— Kas tomó mi mano y se la llevó a los labios. —Generalmente siempre tienes una linea marcada en esa bonita cara que me dice que algo te preocupa.

—La verdad es que en este mismo momento, por más extraño que suene, no me preocupa nada— sonreí más ampliamente. —Ni mi padre, ni como estoy vestida, ni la escuela o mis hermanos, ¡nada! Por primera vez en mi vida estoy viviendo simplemente en este momento del tiempo.

—Desde hace un tiempo estás así— pasamos por un semáforo y detuvo la camioneta. —Lo noté porque dejaste de decir tus palabras raras. Ahora hablas como toda una River.

—No he comenzado a soltar maldiciones cada que abro la boca— bromee.

—¿Por qué carajo dices eso?— me miró divertido y ambos soltamos una carcajada.

Mientras esperábamos a que la luz cambiara a verde, un chico en un Mustang se emparejo con nosotros con la música a un estridente volumen.
Como un acto reflejo Kas y yo miramos al chico. Él inspeccionaba la camioneta con una risa de superioridad en el rostro.

—Como odio a estos imbéciles— susurro Kas. El tipo bajó el volumen de su música. —Oh, no. Va a hablar, aquí vamos...

—¡Oye, hermano!

—Quiere decirte algo solamente, seguro sobre la camioneta— bajé el vidrio y le sonreí al chico.

—¿Qué quieres?— soltó Kas. Lo miré sin comprender su hostilidad.

—Déjame decirte que no sé que me gustaría más— señaló. —Si subirme a tu camioneta o subirme a tu chica. ¿Me dejas probar ambos?

Oh, diablos. Mi sonrisa se borró por completo.

—¡Pero que...!— Kas me interrumpió.

—Yo tampoco se si me gustaría más partirte la cara contra el pavimento o el parabrisas de tu auto— se quitó el cinturón de seguridad. —Tendrás que dejarme probar ambos...

En el momento que abría la puerta de la Jeep, la luz cambio a verde y el Mustang salió echando humo.
Gracias al cielo.

—Eso pensé— volvió a cerrar la puerta. —A la otra no bajes el cristal a menos que quieras ver sangre, bombón.

—Ya me di cuenta de eso...

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—Dentro de la ducha está todo lo que necesitas. Iré a buscar una toalla limpia— dijo Kas.

—Me conformo con la tuya— trate de sonar lo menos acosadora posible, pero cuando levante la visto del suelo él me miraba con su sonrisa sexy. —Oh, vamos, ¿qué dije ahora?

—Lo justo para volverme loco, como siempre— me besó en la frente. —Voy a buscarla, ve antes de que se acabe el agua caliente.

La llave ya estaba abierta así que para cuando entre en el cuarto de baño, este ya tenía vapor por todos lados.

¿Soy mala ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora