Subimos las escaleras mientras Kas enviaba un par de mensajes de texto a los chicos para pedirles ayuda. Cuando llegamos a mi puerta guardó el celular en su chaqueta.
Deseé haber tirado a la basura esas ridículas estrellas que brillan en la oscuridad de mi techo o haber guardado el enorme pony blanco de peluche que descansaba sobre mi cama.
Me aseguré de abrir la puerta lo mas calladamente posible y después mire a Kas un segundo. Su reacción sin duda iba a ser burla al ver mi habitación.
Entre y encendí la luz esperando que él entrara por completo para cerrar la puerta detrás de él y esperar a que las burlas llegaran.Él caminó al centro de la habitación y observó todo con una sonrisa en el rostro, para mi sorpresa dulce en vez de burlesca. Se acerco a mi escritorio y vio un par de mis fotografías con mis hermanos haciendo gestos extraños y otra donde estaba yo sola frente al mar con el sol dándome desde un costado en las últimas vacaciones familiares que tuvimos.
Después de dejar mi fotografía en su lugar caminó hacia mi cama y pasó una mano por la cabeza del enorme peluche de pony.
—Es...— me apresure a decir. —...es un regalo de mi padre, estaba pensando en donarlo a los niños de la casa hogar o algo porque ya no me gusta.
Era mentira. Lo amo y jamás me alejaré de ese peluche.
—Me sorprendes— se sentó en la cama. —La verdad esperaba que todo fuera rosa.
Mi habitación era de color azul celeste con muebles de madera clara. Eran colores no tan aniñados, pero lo arruinaban mis peluches y mi librero adornado con muñecas.
En mi defensa, son de colección y de mis libros favoritos.—Me molesta mucho que pienses que soy una niña pequeña— me senté frente a él en mi silla del escritorio.
—Lo se, eso te hace más tierna, bombón— negué con la cabeza. —Son esos rizos rojizos de tu cabello, esos vestidos o tus pestañas largas...no estoy seguro pero si no hablaras con palabras tan complicadas todo el tiempo juraría que eres una niña.
—No lo entiendo. ¿Por qué me veo así? ¿Por qué todos me ven de esa manera?.
—¿Quieres que te de una razón?— se acerco y yo asentí frenéticamente. —Tu inocencia, Hope.
Fruncí el ceño.
—¿Es un eufemismo de que soy tonta?.
—No, no me refiero a eso. Hablo de que no conoces nada de maldad...
—Puedo ser tan ruda como cualquiera— lo interrumpí. —Puedo hacer cosas por impulso también, puedo hacer cosas impudentes como cualquier chica de mi edad. Puedo ser mala...
—No, no puedes. El que pienses que si es lo que te hace ver como una niña pequeña.
Bufé y me deje caer en mi silla con los brazos cruzados.
Ya no sabía que decir para que se convenciera de que estaba equivocado.
—Tengo sueño, solo por eso no puedo pensar en argumentos que validen mi punto, pero quiero que sepas que si estuviera en mis cinco sentidos ya hubiera ganado esta discusión.
Se rió y después se recostó en mi cama.
—Fue una noche agotadora para el alma de la fiesta— dijo viendo mis estrellas del techo.
—Búrlate hasta saciarte, pero animé a esos motociclistas tanto que no van a resistirse a dejarme entrar a su club.
Mas dormida que despierta en realidad, me levante de la silla y me acosté junto a Kas para después abrazarme a mi almohada.
—Hope... necesito preguntarte algo aprovechando la ayuda de ese trago que te bebiste y con el que posiblemente olvides mi pregunta para mañana porque te pegó un poco mal.
—Solo estoy mareada, no es para tanto— dije con los ojos cerrados.
—Oh, claro que si— pude imaginarlo sonreír en ese momento e instintivamente lo hice tambien.
—Ya dime, Kas.
Escuché solamente su respiración por un rato.
—¿Te gusta Hurley?.
Me sorprendí.
Sin soltar mi almohada me gire hacia él.—¿A qué viene eso?.
—Solo es una pregunta.
—Pues...— lo pensé, —...no estoy segura. Es decir, sé que me puede llegar a gustar pero no lo conozco lo suficiente.
Cerré los ojos vencida por el sueño y espere a que siguiera hablando.
—De acuerdo— lo escuche decirme.
—¿Por que querías preguntarme eso?.
—No lo se...supongo que así no me sentiré culpable por lo que sea que este pasando.
No tenía ya la suficiente energía para tomar en serio lo que me dijo, así que simplemente di un último respiro antes de quedarme dormida por completo.
A la mañana siguiente me despertó como siempre el simple hábito de estar despierta a alas ocho en punto de la mañana.
Inmediatamente recordé que anoche esta cama no estaba vacía, pero no podía recordar el momento en el que me quede dormida.La cama no estaba deshecha, pero una de mis mantas me cubría las piernas.
Me incorporé y busqué en todos lados de mi habitación buscando rastros de Kas pero lo único que encontré fue una nota en mi escritorio.
“Llamame y dime si lo olvidaste”
Me entró el pánico y por más que hice memoria no pude recordar las cosas que sucedieron entre mis lagunas mentales.
¿Por qué me tuve que beber ese trago? Sabía que por ser el primero iba a ser muy duro para mi.Tomé el celular y lo llamé.
—Vamos, contesta— decía mientras daba vueltas en mi habitación.
—Bombón.
—Kas— me apresuré a decir. — Me encuentro desosegada por los posibles acontecimientos que ocurrieron anoche.
—¿Qué?.
—¿¡Qué es lo que olvide!?— pregunté sobresaltada.
—Calma, calma. No es nada, solo esperaba que olvidaras unas cuantas cosas.
Esta conversación no me tranquilizaba para nada.
—¿Qué cosas?.
Tardó unos largos segundos en contestarme y estuve a punto de comerme las uñas.
—Que ronque un par de veces anoche antes de irme, eso Hope, ¿qué más va a ser?.
Entonces volví a respirar.
Me tomé un rato para que mi corazón latiera de manera normal y después me reí nerviosa.—Gracias al cielo— dije.
—Si, bueno. Gracias por dejar que me quedara hasta que se fueran los oficiales.
—Por nada, pero a la próxima usa una camioneta que sea legal conducir, ¿quieres?.
—¿Y perderme la oportunidad de dormir contigo, bombón? ¿Crees que soy tonto?.
—Si, lo eres— sonreí. —Tengo que irme, es sábado y ya debió de haber llegado mi padre.
—De acuerdo, adiós...Oh, el estupido de Hurley quiere hablar contigo.
—¿De verdad? Ponlo al teléfono.
—¿Qué dices?— hizo sonidos de interferencia. —Lo lamento, bombón, se pierde la señal...
—¡Kas!.
—Ya no te oigo, Hope, te pierdo...
Y me colgó.
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¿Soy mala ahora?
Novela JuvenilEl River's olía a cigarrillos, a alcohol barato, carne de hamburguesas y loción masculina. El ambiente era oscuro gracias a las paredes cubiertas por carteles de marcas de cerveza, fotos de peliculas antiguas, discos de acetato y banderas de clubes...