¿Soy mala ahora?

Capítulo 76 Llamada.

Aún estando frente a la fiesta, viendo la entrada al evento que tanto esperé por mucho tiempo, seguia sintiendo como me dolía el pecho.
Me estaba poniendo de mal humor por el simple hecho de no poder sonreír para la foto de la gran entrada de los alumnos a la fiesta de graduación.

—Okay, saliste muy seria en esta, Hope. Una más— me dijo el chico de la clase de fotografía que había Sido el encargado de tomar las fotos de esta noche.

—Dejame ver— me acerqué a la cámara y él giró la pantalla para que la viera.

La chica de la imagen era yo, pero no sé parecía a mí.
Estaba sería, con el entrecejo fruncido y el cabello alborotado subiendo las escaleras de la mano de un chico que no me hacía sentir completa.

Por más que intenté alejarme de ese pensamiento, no pude evitar pensar que no tendría esa expresión si otro chico tomará mi mano.
Lo amo, lo extraño, lo quiero conmigo... y me odio por eso.

—Dejalo, no quiero más fotos— dije convencida de que todas serían igual de malas.

—¿Segura? Porque esto sale e una película en vivo de la fiesta en el muro de la escuela...

—Se ve hermosa— dijo Marcus a mi lado salvandome. —Es una foto espectacular.

Y con un asentamiento de cabeza, el chico se retiró a la laptop que tenía a un lado de la entrada para subir nuestra foto mientras otra pareja bajaba de auto lentamente esperando que se desocupara para tomarles la siguiente foto.

En cuanto pasamos el marco de la puerta la música estridente me inundó los oídos. Era horrible, muchas veces había escuchado la misma canción pero justo ahora notaba lo mala que era, ¿cómo puso gustarme?.

Varias chicas usaban el mismo color de vestido que yo e incluso en los manteles de las mesas encontraba errores garrafales.

—No es como lo pensaba— dije. —Ve la mesa de postres... Parece como de fiesta infantil.

Marcus comenzó a reírse.

—¿Verdad que no es lo mismo?— preguntó.

—¿Qué quieres decir?.

—Que tu humor no depende del lugar, sino con quién estás en él— sonrió.

Me di cuenta de que de alguna forma había adivinado lo que pensaba. Parecía que había un cable directo de mi cabeza a la suya.

—Oye, si te invité es porque quería que me acompañaras— asintió no muy convencido. Me tomó la mano y me guío por la fiesta a no sé dónde. —¿A dónde me llevas?.

—Tranquila, solo quiero algo de privacidad un momento.

En mi pecho vacío comenzó a sonar un tambor.
No sabía lo que Marcus quería hacer que requería de privacidad.

Miré hacia atrás y los muchachos me miraron sin entender. Varios estuvieron a punto de seguirnos, pero les hice una seña con la mano para decirles que yo me encargaría.
Tanner siguió dando un paso al frente, pero Bob lo detuvo y entre todos lo mantuvieron en la estrada.

Llegamos a un pasillo oscuro entre la cocina y los baños. El lugar era estrecho y la música no llegaba tan fuerte como para no dejar que nos escucharamos si hablábamos bajo.

Marcus se puso enfrente de mi y como de costumbre mantuvo un paso de distancia de mi cuerpo, de lo más cerca que había estado desde que le impedí que me besara.

—Hopy, no estoy molesto contiguo por no disfrutar de salir conmigo...

—¡Lo disfruto!.

—No me refiero a eso— sonrió. —Yo no te gusto, solo somos amigos y eso está bien. No me hace sentir mal.