Mis piernas tiemblan, mis manos sudan y el hollín hace que me ardan los ojos.
Estuve a punto de perder al amor de mi vida, si hubiera llegado un poco antes hubiera logrado sacarla antes de que el lugar ardiera.Llevo una maldita hora aquí y nadie puede salir a decirme nada sobre ella. La espera es insoportable, quisiera correr ahí dentro y supervisar todo lo que planeen hacerle.
Tienen que salvarla, si no lo hacen voy a entrar a matarlos a ellos, tiene que salvar a bombón. No puedo vivir sin ella. No puedo...—Hermano— los chicos del club se acercaron por el pasillo.
Me levanté de la silla y recibí el fuerte abrazo de apoyo de Hurley a quien no le importó que mi ropa estuviera cubierta de tizne negro.
—¿Dónde está? ¿No nos dejaran entrar a verla?...
—Dicen que deben seguir haciéndole pruebas, inhaló demasiado humo y no ha despertado.
—Mi niña— Bob miró preocupado la puerta de urgencias.
Todos tenían una cara horrible de preocupación, pero la mía... debía parecer un muerto en vida.
—Tuve que sacarla de ahí desmayada— murmuré. —Tenía sus ojos cerrados y apenas se movía su pecho, no podía escuchar su corazón por más que la pegaba a mi...
—Todo va a salir bien— Tanner me dio un abrazo junto con unas fuertes palmadas en la espalda. —Es demasiado terca para dejar que esto la mate.
—Si algo le pasa..., me moriré con ella.
Hurley había tomado mi lugar en la silla y se limpiaba las lagrimas antes de que las viéramos.
—No digas eso. Es fuerte, tu la conoces. No nos va a dejar.
—¿¡Pero quién demonios dejó esas cosas encendidas!?— Joe golpeó la pared. —Esto es culpa nuestra. Todos los malditos fines de semana bebemos hasta perder la conciencia pero esto era diferente.
—Hermano, tranquilízate, no es momento de buscar culpables...
—¡Es que se supone que nosotros debemos cuidarla y mira donde está!— le gritó a Bob. —Debíamos quedarnos con ella y decidimos irnos.
—Familiares de Esperanza Julian...— el doctor no había dicho ni media frase cuando todos estábamos atentos frente a él. —¿Ustedes?.
—Somos su familia— di un paso al frente. —¿Cómo está mi novia?.
El tipo de la bata blanca nos inspeccionó de pies a cabeza y me dieron ganas de estrangularlo, pero para bien suyo comenzó a hablar.
—Bueno, inhaló muchos gases tóxicos pero ya están recibiendo la atención adecuada, van a estar bien. Cuando despierte podrán entrar a verla de uno por uno...
—Espere un segundo, doctor— lo detuve a media explicación, —¿ya "están" recibiendo la atención?. ¿Por qué habla como si fuera mas de uno...?
Su rostro se cambió completamente. Cambió de color y sus ojos se ensancharon como si hubiera dicho una muy mala broma.
—¿Está jugando?— preguntó.
—Juego con muchas cosas menos con los que se refiere a la chica que amo. Dígame a qué se refiere.
—Joven...— me miró a mi y luego le dio una mirada a cada uno de los muchachos hasta volver a mi, —su novia está esperando un bebé.
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¿Soy mala ahora?
Teen FictionEl River's olía a cigarrillos, a alcohol barato, carne de hamburguesas y loción masculina. El ambiente era oscuro gracias a las paredes cubiertas por carteles de marcas de cerveza, fotos de peliculas antiguas, discos de acetato y banderas de clubes...