Capítulo 21 "Con cuidado"

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Llegué al River's esa tarde y los chicos que estaban en las mesas inmediatamente se levantaron festejando mi llegada.

—¡La niña rara volvió!— me abrazó Tanner y me levantó con sus enormes brazos hasta dejarme sentada en su hombro.

—Cuanta emoción— me reí.

—Pensamos que no volverías— Fred salió de detras de la barra.

—Yo les dije que no era para tanto.

—Oh, vamos, Kas. Estabas asustado de que no quisiera volver y Hurley te pateara el trasero.

Algunos de los chicos le dieron un par de golpes a Kas en la cabeza burlándose de él y yo me divertí con el espectáculo. Estaban realmente contentos de que hubiera regresado y me contagiaban.

Había estado todo el camino aquí preguntandome por cómo se habría sentido Hurley por mi comportamiento.
Le dije que no me iba a alejar de él, le di un beso en la mejilla y después lo evite durante mucho tiempo.

—¿Dónde está?— pregunté. —Quiero verlo...

—Está arriba leyendo.

—¿Leyendo?— Tanner me bajó.

—Dijo que quería tener algo de qué hablar contigo— me explicó Fred. —Sube, es la única puerta subiendo las escaleras.

Y así lo hice. Los chicos volvieron a sus actividades mientras yo subía al asegundo piso.
Pude alcanzar a ver que Kas se sentaba en la barra y bebía el trago de su padre.
Su trabajo ya estaba hecho, ahora solo le quedaba tratar de soportarme a su alrededor.

Cuando llegue a la puerta, estaba entre abierta y podía ver al apuesto chico con un libro en la mano y una cerveza en la otra.

—He visto a personas tomar té o café mientras leen pero, ¿alcohol?.

Levantó la vista sorprendido y sonrió.

—Hopy— dejó de lado el libro y caminó hacia mi para abrazarme.

Mi rostro quedó hundido en su pecho y me llené los pulmones de su aroma varonil.

—Hola, Hurley— los estreche también.

—Iba a ir a buscarte al concurso de Scrabble, pero Fred dijo que Kas debía ir sólo y, si accedías hablar con él, seguramente con todos nosotros también.

—Sólo me sentía culpable, hablas como si los odiara— le sonreí.

—Estaba demasiado asustado para darme cuenta— se alejó un poco y lo miré a los ojos. —Te vez hermosa. Quería decirtelo estos días.

No sabía que decirle, así que me limité a volver a undirme en su pecho. Me resultaba reconfortante.

—¡Hurley, baja de una maldita vez!— gritó Kas desde abajo. —¡Ya te traje a tu chica, regresa a la vida!.

Suspiró y me soltó.
Había algo en ese suspiro que no me gustaba.

—Siguen peleados— dije sin dudarlo.

—No...— levanté una ceja y asintió. —De acuerdo, lo admito. No hemos estado teniendo buenos ratos desde que te fuiste.

Eso era lo que pensaba pero que con todo mi corazón esperaba que no fuera verdad.

—No pueden seguir así.

—¿Quieres apostar? Podría romperle la cara en este momento. Sólo tengo que recordar la severidad en su voz cuando salí del pórtico y lo escuché diciendote...

—Ya basta. Estoy en total desacuerdo con estas riñas.

Lo tomé de la muñeca y tiré de él hasta la puerta para despues empujarlo por la espalda escaleras abajo.
Llegamos a la primera planta y todos nos miraron curiosos.

¿Soy mala ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora