Capítulo 40 "Credibilidad"

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Por supuesto que mis hermanos estaban ahí, pero no mi padre. O quizá estaba pero muy al fondo donde las cámaras de la prensa no pudieran enfocar su cara de horror y decepción.

De verdad esperaba que algún día las cosas fueran de nuevo tan fáciles con él, pero por ahora sabía que eso era imposible. Estaba furioso, o deprimido, no podía saberlo y al mismo tiempo no quería.

En un lugar intermedio de la calle estaba mi Jeep rojo cereza con mi hermano dentro y una belleza de larga cabellera en el lugar del copiloto.
La deslumbrante Gina, quien me había ayudado a encajar con las mochilas en mi primera salida con los River's, estaba ahora llenando a mi hermano de labial.

—Interesante— dije sonriendo.

—Hola, Hope— me saludaron ambos.

—Parece que me perdí de un par de cosas en mi encierro, ¿no?

Gina besó a mi hermano en la mejilla y después lo abrazó.

—Es una ternura. Descubrí que me gusta la onda nerd más que los gamberros.

Y por supuesto Dean estaba feliz por eso.

—Puse lo que pude sacar de tu armario en el maletero— dijo mi hermano retorciéndose a causa de las cosquillas que le ocasionaba su novia en el cuello con los labios.

Si mis cosas estaban en el maletero era porque ellos estaban seguros de que no podía volver a casa.

Una mano me frotó la espalda y cuando me volví me encontré con Sky. Me abrazó fuertemente.

—Extraño los días en que eras la más aburrida de nosotros tres— rió con amargura.

—¿Dónde está papá?

—Por ahí haciendo su trabajo. Trata de quitar las manifestaciones de las calles pero ya sabes, son demasiados y el que sus hijos estén en el frente no ayuda. Perdió credibilidad ante la policía y ante la ciudad en general.

La solté y la miré a los ojos.

La música se fue apagando poco a poco como si hubiera metido la cabeza al agua.
La mirada de mi hermana lo decía todo: nuestra familia ahora estaba rota, y no podía hacer nada para arreglarlo, lo que le causaba un dolor tremendo.

Estaba de acuerdo con que yo no hubiera bajado la cabeza por primera vez en mi vida, pero se sentía destrozada por lo que habíamos causado.

Mis ojos se llenaron de lágrimas por fin. La culpa comenzaba.

—Ay, Hopy, no llores— me limpió con el pulgar una lágrima escapista.

—Yo no quería esto, Sky. Lo juro.

—No es tu culpa— habló Dean. —Él nos orilló a esto con todo el rollo de la familia perfecta.

—Él tampoco es el culpable. Hizo lo que pudo con nosotros para que fuéramos buenos hijos— suspiré. —El problema es que cuando alguien aparenta ser perfecto y pasa la linea de lo correcto el mundo explota.

Me quedé un momento más pensando en eso con los ojos fijos en el suelo.
Si no hubiera tratado de complacer a todos en todos los aspectos de mi vida, no sería un problema que me hubiera pasado un poco con los limites de mi padre.

Decían que no era mi culpa, pero en realidad lo era.

—Ya basta de lamentarse. No hicimos este alboroto para estar llorando por ello, ¿o sí?— Sky usó su mejor cara de que todo estaba bien. —Papá dijo que no quería verte en la casa si no le jurabas que te alejarías por completo de los River's y su mundo, entonces supuse que querías tus cosas.

Tomó dos maletas grandes del maletero de la Jeep y las puso en el suelo frente a mí.

—¿Y ustedes?

—Yo estoy quedándome con mi novio. No te preocupes por mí— Sky me alborotó el cabello. —Dean y yo pensamos que si no te querías en casa no era justo que nos tuviera a nosotros ahí, así que nos fuimos.

—¿Dean?— pregunté mirándolo.

—El club de los Novatos me dejaron quedarme en su casa club. Es cómoda.

Negué con la cabeza.

—Dejaron la casa por mi, no debieron...

—Hope, mañana es tu cumpleaños y estoy segura de que tienes mejores planes para pasarlo que llorando por algo que no puedes cambiar— Sky me empujó las maletas. —Vamos, ese chico y su club te están esperando para llevarte a alguna parte probablemente nos veremos allá.

—¿Van a estar bien?

No podía evitar pensar en que mis hermanos siempre fueron más temerosos de pasar los límites que yo. Esto debía ser duro para ellos más de lo que era para mí.

—Si, y tú también— me guiñó el ojos. —De todas maneras no podríamos vivir para siempre en casa de nuestro padre, ¿no?

Me reí y negué.

—Suenas como una adolescente rebelde. Casi me convences— me burlé.

—Oh, estoy segura de que los River's encontrarán la manera de hacerte verlo de esa manera. Anda, vete ya o le pediré al señor "brazos de luchador" que te lleve cargando— señaló a uno de mis amigos River's.

Busqué con la vista a Kas para ir con él y lo encontré a lo lejos hablando con, Hurley, el presidente de Los Novatos y con Fred. Parecía que estaban organizándose para algo. Pronto los presidentes de los demás clubes se les unieron.

—Parece que hacen algo importante— dije.

—¡Nada más importante ahora mismo que celebrar!— Tanner llegó corriendo y me levantó en brazos.

—¿¡Acaso es el día de cargar a Hope!?— pregunté sobresaltada.

—Oh, vamos, princesa. Tu novio te estaba buscando para irnos. ¡Vamos a acampar!

¿Soy mala ahora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora