Veinticuatro: Mi perro y su rival!! De vuelta a la acción 😌😈!!!!

3.6K 333 28
                                    

Intentaba bajar la respiración, pero por lo agitado que estaba y el horrible dolor que tenía a causa de lo que restaba de su brazo izquierdo, las agitaciones solo aumentaban. Koiko tuvo suerte de escapar a tiempo. Justo antes de que Riores lo devorara él consiguió liberarse de las ataduras de las Sombras y se lanzó a la derecha con intención de esquivar. Por falta de reacción, el brazo izquierdo del hombre terminó siendo arrancado de una sola mordida. La adrenalina hizo su papel de bloquearle el dolor en aquella situación, permitiéndole moverse ágilmente para escapar milagrosamente. Riores algo molesto en el principio, lo tomó como un juego, por lo que fue calmadamente a donde estaba Koiko. El hombre sabía perfectamente lo que iba ocurrir, maldiciendo su mala suerte y arrepintiéndose de su conducta.

Los pasos del perro grande se escuchaban resonar a pesar de haber otros sonidos como el fuego que abrazaba maderas, piedras y cadáveres. Koiko no sabía que hacer, huir era la mejor opción, si lo conseguía. Por otra parte tuvo una pequeña corazonada de que si conseguía retener el monstruo oscuro por unos momentos las tropas que comandaba lo ayudarían. Esta idea desapareció completamente al ver cuatro hojas afiladas, largas y anchas atravesar el escombro y dejar sus filos a unos pocos centímetros de él. Espantado de lo que vio por unos segundos, reacciona y salta hacia el frente, rodando en el suelo. Riores solo rompió el escombro moviendo sus hojas hacia los lados y miró a su presa lo asustada que estaba. Caminó en su dirección dejando ver su lengua rojiza babear a un lado de su gran boca. Koiko, que estaba en el suelo, retrocedió arrastrándose con su única mano libre, asustado y enojado. Se veían algunas gotas de sudor frío en su rostro torcido. Los ojos del perro gigante titilaban imparables por la emoción. Su boca se extendió mucho más, ampliando inimaginablemente la sonrisa que llevaba puesta. De pronto se detiene. Levanta su pata izquierda y detiene en seco un mazo del tamaño de su garra.

TAAFF!! *gran sonido de golpe tras atrapar*.

El choque provoca una pequeña onda que levanta polvo. La velocidad con la que iba el arma podría haber roto seis paredes de un solo golpe, y Riores lo detuvo de forma refleja y con fuerza. Se quedó mirando de reojo a la persona que lo interrumpió y que se encontraba sosteniendo el mazo que trataba de quitar de la garra.

Era un caballero con una túnica blanca y abierta por la cintura que llevaba en el pecho una cruz cristiana roja. En su cuello colgaba también una cruz cristiana pero de hierro. En la espalda sobresalía un escudo con forma de gota con el mismo símbolo y además, mucho más grande que su cuerpo. Debajo de la túnica se veían unos pantalones negros que terminaban hundiéndose en unas botas metálicas que le llegaban a la altura de la rodilla. Su rostro era cubierto completamente por un casco de estilo romano, pero muy cerrado al punto de dejar una simple línea vertical y dos orificios para la vista. El casco llevaba dos cuernos a los lados y desde su punto de comienzo habían otro par de cuernos, ambos apuntaban hacia arriba. Encima de sus hombros llevaba placas móviles para un mejor desarrollo en las acciones. Estas placas, a su vez, sostenían una capa roja que se ondeó a la par que el choque expansivo.

- *sorprendido* G-gran Héroe Lav!! #Koiko

- *voz adulta y con desgana* Mira que te gusta meterte en problemas, imbécil. Cuando te di la orden de no entrar todavía en los muros enemigos hiciste caso de perro. Y hablando de perros, tú no eres un undead de Bahak... Qué eres? #Lav

- Grarrr!! #Riores

- Para ser una criatura bastante grande y fea sabes muy bien lo que haces. #Lav

- *apretando fuerte la herida* Mi señor!! Había un chico que lo acompañaba!! #Koiko

- Un chico? *dirigiéndose a Riores* Es tu maestro? Un invocador? No lo creo. He visto suficiente en mi vida para saber qué cosas son de este mundo y qué no. Oh, lo vas a romper. #Lav

El Guardián de Las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora