Cincuenta y tres: Medidas... 1ro: Miembro por miembro, pieza por pieza.

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- Es un conjuro. Esa sería la forma más fácil de resumirlo. #Nink

Nink caminaba por la pared como si del suelo se tratase. Movía su índice derecho mientras explicaba a los impactados lizards el secreto de la residencia.

- No fue fácil, sinceramente, pero gracias a este conjuro podemos ser prácticamente inmortales. Claro está, tiene su costo. Puedo resumirlo con la frase "dar y recibir", si es que los huéspedes entienden, jiji. Pero eso solo sería una parte del verdadero poder del conjuro. Si quieren la verdad completada, ¿por qué no me acompañan? #Nink

La chica pone los pies en el piso y se dirige a la puerta. El cuerpo de Knur había dejado de brillar, mostrando una expresión de cansancio momentáneo. Ighn continuaba sosteniendo el hacha con el filo en el cuello de Batriarca.

- ... No, sólo queremos a nuestros compañeros de vuelta. #Ighn

- Es lo que los invitados quieren? Está bien. Nink, puedes ir a buscar a los demás, yo me ocupo de los recursos indispensables temporales. #Batriarca

- *reverencia* Como desee, Madam Batriarca. #Nink

Diciendo esto, las puertas de la habitación se abren, mientras que Nink pasa, y vuelven a cerrarse.

- Oye! Espera! *intenta abrir la puerta* Tch, maldición! Je, entonces será por las malas!! [Deadly fists]! #Knur

Knur choca sus puños, haciendo que estos tomen un tono rojo con aura anaranjada. Da un golpe con el puño derecho a la puerta, destrozándola. Sale corriendo de la habitación en persecución hacia Nink.

- Knur, espera! (Demonios! Por qué tiene que ser tan impulsivo!?) #Ighn

- Qué mal! Dije que me iba encargar pero ya se me escapó uno. *suspira* Mejor término esto rápidamente. #Batriarca

- No trates de hacer nada-...! Q-qué!? #Ighn

Batriarca había acercado su cuello al filo del hacha, dejando que este la degollara. Ighn retira el hacha, mirando sorprendido la acción de la mujer pálida. La sangre brotaba en grandes cantidades, pero a la mujer no parecía importarle, pues su rostro mostraba una sonrisa soberbia con ojos brillantes. El lizard retrocede ante la Madam, sosteniendo su hacha fuertemente. Sentía un gran poder, y sus sentidos le decían que corriera, pero se quedó.

- Te halago. No muchas personas se quedan a presenciar mi poder. Por lo general huyen por sus vidas. No sé si te has quedado porque eres valiente o estúpido. #Batriarca

- Para mi son lo mismo. #Ighn

- Si lo dices así, no veo la diferencia, ¡porque igual morirás! #Batriarca

La sangre que se encontraba en el suelo comenzaba a moverse por si sola. Fue dirigiéndose a Ighn en forma de enormes estacas. Por instinto, Ighn retrocede saltando hacia atrás, siendo herido levemente en el hombro izquierdo. Toda la sangre se elevaba y se mantenía alrededor de la mujer.

- *sorprendido* (Q-qué es esa habilidad!? Puede controlar su sangre!?) #Ighn

- Te felicito, has esquivado mi ataque. Esta es mi habilidad: [Señora de la Sangre]. Puedo controlar toda la sangre que esté fuera de mi cuerpo y darle la forma que desee. Eso implica también la de mis enemigos. #Batriarca

Las pequeñas gotas de sangre que salían de la herida del lizard se elevaban e integraban con el resto de la Madam. Ighn se tapa la herida. Ambos cruzan miradas.

- Bien, recurso indispensable temporal, veamos cuánto puedes resistir estando anémico. #Batriarca

Alrededor de la mujer se formaban púas enormes y rojizas que apuntaban a Ighn. Una parte de la sangre se fue a su mano derecha, creando una espada plegable y filosa. Levantando el arma, Batriarca da un latigazo en dirección al lizard, quien lo esquiva a duras penas y presta atención a los objetos punzantes. Estos empiezan a dispararse, tratando de asestar en las extremidades y puntos vitales. Ighn bloquea y desvía algunos con su hacha, mientras que otros rozan su cuerpo escamado. Salta de un lado a otro, evitando los latigazos que la Madam le proporcionaba para dañarlo más. Por cada herida que se abría, perdía cantidades de sangre, la cual iba en su contra.

El Guardián de Las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora