Agho se retorcía en el suelo a causa del dolor inminente dicho antes por Ekret. Las Sombras de su alrededor comenzaron a acercarse, metiéndose primero en los orificios y oquedades de la armadura, llenando los espacios de la armadura hasta desbordarse y luego cubriendo esta completamente. A pesar del insoportable dolor, el Espadachín no se arrastró para pedir ayuda ni tampoco gritó descontroladamente. Ekret creó una larga estaca negra y con un rápido movimiento en el brazo, sin ejercer casi nada de fuerza, la entierra en la espalda de Agho. Él se queda quieto por unos momentos. Luego de que la estaca se desvaneciera, sus gemidos se fueron intensificando mientras que su cuerpo, ya cubierto por las Sombras, comenzaba a recurrir a una metamorfosis. Ekret simplemente se volteó a la dirección de Osgos, y esperó a que el proceso terminara.
Agho fue levantándose en el proceso mientras intentaba mantener el equilibrio. Sus manos se tornaron garras de tres dedos, debajo de sus brazos emergen otro par más con las mismas características. Una cola comenzaba a salir, fina y larga terminada en punta. Sus piernas se estiraron, dejando en el suelo dos pies con una sola garra en medio de cada uno. De la cabeza estirada al frente salen dos cuernos hacia arriba, y más abajo se forman dos crestas, también como cuernos; cerca del nacimiento aparecen dos puntas hacia arriba y en el extremo otras puntas en diagonal. El pecho toma forma estrellada con dos puntas hacia atrás y dos más un poco más hacia el frente. El cuerpo negro, ya formado, comienza a brillar venas rojas en las manos, extendiéndose hasta el antebrazo; en los pies, pero sin notarse mucho; en el pecho estrellado, especialmente en el centro, extendiéndose hacia las puntas y en las crestas. Líneas rubí se formaban en la zona de los ojos y un poco más abajo también. La cola, desde una parte de esta hasta la punta, comenzó tornarse un rojo intenso.
Las Sombras se desvanecen, mostrando el cuerpo algo rocoso de Agho. La cola parecía estar hecho de la misma espina dorsal. Todo el cuerpo era oscuro. Las zonas rojas se mantenían brillando. De las líneas de la cabeza salían estelas del mismo color, igual que en la increíble y larga cola. Mostraba un aura de superioridad mientras cruzaba los brazos inferiores.
Todos mantuvieron el silencio por unos segundos. Ekret hace un pequeño gesto con la cabeza en dirección a Agho. Este da un paso al frente. Su voz era algo seca, pero seguía siendo suya.
- *calmado* Dijiste que mantendrías mi forma humana. #Agho
- ((No te molestes. Para empezar, ni siquiera has visto tu Estado.)) #Ekret
- ... [Estado]... Esto es...! Me alegro de haber firmado el pacto. #Agho
- (Aunque no firmaste nada...) ((Estás preparado? Que no se te suban los humos. Sabes dónde está el santuario que permite comunicar con los demás reinos?)) #Ekret
- Sí. Está en el piso superior. #Agho
- (Ese es el lugar del santuario...! Qué planea hacer? Por qué convirtió a aquel mefodoniano en "eso"? Además, está hablando con la criatura sin rostro? Cada vez hay más cosas misteriosas e intrigantes que pasan... Es como si en cualquier momento estuviera a punto de ocurrir algo de extrema importancia a nivel regional... Y si es así...) Qué pretenden!? #Osgos
- *mirando a Osgos* Y a ti que te importa? Hmm? *mirando a Ekret*...... Entonces no le hará nada...!? ...... Ya veo...... N-no puede ser...!! ...... Entendido....*mirando a Osgos* Oh, disculpe entonces. Pronto lo sabrá, rey Osgos. #Agho
- En qué te has convertido!? #Egyt
Egyt se recuperó de la presión, estaba de pie a unos metros de los seres oscuros. Miraba sorprendido a Agho. Sus manos temblaban aunque no se notaba por la posición defensiva que llevaba. Agho mira entonces a Egyt.
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El Guardián de Las Tinieblas
FantasyGilberto es un estudiante de programación que le gusta mucho los RPG. Pero sufre de un problema grave. Él no habla con nadie, es un completo antisocial. Sus estudios los realiza en la PC portátil que tiene. La mayoría de las veces está encerrado en...