Veintisiete: No habrá piedad... *bostezo*...😪😴

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Uboklos miró con peligro a la criatura grisácea, pues la escarcha no le hizo efecto. Pensó que se había congelado pues estaba por unos segundos parado sin moverse, solo que notó el movimiento del fuego rojo y negro de su cabeza. A pesar de ser un undead, mantuvo distancia. Ekret siguió caminando en su dirección, dejando en el suelo cristalizado y helado pasos oscuros de pies desnudos. El espadón que iba arrastrando dejaba también una línea negra y seca. La criatura grisácea se detiene mientras que el dragón mantiene distancia y lo rodea. Se movió hasta un poco más de la derecha de Ekret, casi detrás de él mientras que este lo miraba volteando la cabeza a su dirección hasta los 90°. El humanoide oscuro se voltea en dirección al dragón undead.

Por unos momentos hubo un extenso silencio. No se escuchaba nada, ni siquiera las espadas chocar entre sí o las llamas abrasar las maderas de carretas y casas. La única cosa que hacía un leve ruido era la llama roja que se agitaba en la cabeza del vlackghoft y el ligero gruñir del dragón undead.

Ekret toma un rápido impulso para salir corriendo hacia su objetivo mientras que con la mano derecha ya estaba dirigiendo la hoja horizontalmente hacia la calavera. Pasó en solo unos segundos y el dragón salió expulsado por el impacto hacia su derecha, chocando contra una casa. El undead se recupera del golpe rápidamente, ya que no le hizo tanto daño y prepara su contraataque utilizando [Crystal fire]. Las llamas azules se expanden hacia Ekret, cristalizando mucho más el suelo por el que pasaban. De pronto, frente al ser oscuro emerge una fina pared negra, hasta unos 4 metros, que lo rodea 180°. El fuego azul se encuentra con la pared, cristalizando esta a gran velocidad. El paso del cristal llegaba hasta los costados y altura del escudo. Uboklos detiene sus habilidad ofensiva. La pared desaparece, dejando solo los restos del cristal extendido a los lados, pero no mostraba a Ekret. La criatura grisácea se desplazaba velozmente hacia el dragón, estando ya a unos cuantos metros de esta.

El dragón undead vuelve a escupir las llamas azules. Las Sombras debajo de Ekret se expandieron y elevaron hasta llegar a él, envolviéndolo completamente. El fuego llega a dónde estaba el ser, pero no le da a nada, solo unos pequeños restos de cristal que caían sin nada en su interior. Debajo del dragón su sombra parecía oscurecerse y moverse desincronizadamente. Uboklos, notándolo tarde, es elevado hacia arriba por una inmensa serpiente, del doble de su tamaño, de grandes ojos rubí y venas rojas cubrir su cuerpo. La gran serpiente sujeta al dragón con su mandíbula de dientes disparejos. El undead forcejea a los lados, intentando escapar. La serpiente comienza a hacer fuerza en su mandíbula, ejerciendo mucha presión en el cuerpo esquelético de su presa. El forcejeo no se detenía. En la cabeza de la inmensa Sombra comienza a salir el ser grisáceo de llamas rojas y negras cubriendo su cuerpo.

Estaba en posición de cuclillas, "observando" la situación de su enemigo. Sujetaba con la derecha el espadón negro y rojo mientras lo apoyaba en su respectivo hombro. Su izquierda estaba posada en la cabeza del inmenso ser. Parecía esperar la siguiente acción del dragón undead. Uboklos, buscando una forma de escapar de los dientes desordenados de la serpiente negra, utiliza [Crystal charge], haciendo que sus huesos comenzaran a crearse encima de ellos una capa de cristal azul, de la cual salieron espinas del mismo elemento. Las espinas no hicieron efecto alguno a la criatura hecha de Oscuridad, solo aumentó su agarre por el peso. Ekret hace un gesto inclinando ligeramente su cabeza a la izquierda.

- ... (*tono burlón* Ahora qué harás, dra-gon-ci-to~♪? Puede que los ataques físicos no te hagan daño, pero no hace falta hacerte daño físico con armas, sabes♪♪? Simplemente con aplastarte, haciendo presión en tus costillas, puedo ser capaz de hacerte un gran daño. En otras palabras, no te estoy haciendo daño, eres tú mismo quién lo hace. Lo noté cuando te "cabalgué" y comenzaste a golpearte con todo. Al principio no lo noté porque no te hacía casi nada de daño, pero ahora que me doy cuenta... Jejeje, los pequeños detalles pueden marcar una increíble diferencia. Aunque debo de admitir que eres un "hueso duro de roer", jejeje.) #Ekret

El Guardián de Las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora