Estaba sentado en una pequeña silla dibujando en su lienzo blanco como siempre se le veía, sus cabellos castaños ya eran más largos y de un color más claro que lo dejaban con una apariencia angelical, mismos que se movían con el suave aire que entraba en la ventana mientras que sus gráciles manos estaban tratando de plasmar sus sentimientos en su nueva obra, el día de su boda.
Recordó lo que pasó en los últimos meses, en uno estuvieron de luna de miel en la isla de Jejú viviendo como una pareja joven, donde disfrutaron del ambiente natural de ese lugar, comieron deliciosos manjares de la zona, pelearon como unos adolescentes por cosas insignificantes y el de contentarse rápidamente riéndose de la situación.
Hoseok de alguna manera pudo conseguir los seis meses de vacaciones y los siguientes después de estar en Jeju estuvieron en la mansión. Aquel lugar que al final resultó un regalo de los señores Jung para el pelinegro, gracias a las ventajas de tener dinero de inmediato la remodelaron, el de convertir su habitación en la de ellos con una enorme cama donde pasaban los mejores momentos, que el famoso cuarto de cosas antiguas fuera convertido en un pequeño taller estilo vintage para Taehyung y que el cuarto del mayor pase ser una habitación de huéspedes, así como varias mejoras en su casa.
Los días con el mayor eran calmados llenos de mimos y besos, siempre se comportaban como unos novios melosos, todavía no habían perdido su esencia juguetona que de vez en cuando los hacia correr de un lado a otro lado de la casa para atraparse, esa vitalidad que los caracterizaba desde el principio. En algunos días salían a cenar y pasear por la ciudad, en otras solo se quedaban en casa para cocinar, ver películas o solo estar desnudos en la cama.
Actualmente a Hoseok solo le faltaba un mes para regresar completamente a trabajar en su empresa, Taehyung al principio lo regañó al saber que logró obtener varios meses de vacaciones dejando sola la empresa, pero se calmó cuando supo que el genio de su marido iría frecuentemente.
*
La puerta del taller se abrió para observar a su esposo apareciendo con la mejor sonrisa que podría haber, estaba sosteniendo una bolsa de compras en lo que estaría lo que prepararían para almorzar y su deliciosa gelatina de mandarina, tenía una obsesión con ella, ya que en las últimas semanas no faltaba que estuviera en su estómago al día por ese gran antojo.
El pelinegro fue directo a depositarse atrás de su castaño para abrazarlo, era como la atracción de un imán, en la que solo allí podría ir, adoraba que Taehyung oliera a pintura y que se llenara de esta en todo su rostro sin que se dé cuenta. Cuando no estaba trabajando en su escuela era normal verlo en casa de esa manera.
-Tae, llevas mucho tiempo aquí. ¿No te duele la espalda? Me dijiste que te está doliendo últimamente -simuló regañarlo para que el menor se preocupara más por sí mismo-
-Pero que esposo más regañón, está bien ya me quitaré – se paró para dejar sus instrumentos y lavarse las manos- Vayamos a cocinar Hoseok.
*
Estaban en el comedor sirviendo la comida que ambos cocinaron, el mayor lo abrazaba por detrás y el daba besos en la mejilla que el menor agradecía.
Hoseok fue a buscar en la bolsa de compra para sacar esa gelatina -Toma amor te compré tu gelatina de Mandarina -se la colocó en la mesa-
-Estas gelatinas son las mejores que existen -sin ni siquiera tomar bocado de su almuerzo empezó a abrirla para comerla de una vez-
-¿Por qué no esperas al terminar de comer?
-Es que son tan ricas, quiero comerlo ahora -terminó de abrir la tapa para oler el delicioso contenido, pero el resultado no fue el que esperaba-
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El chico solitario (HopeV)
Hayran KurguTaehyung disfrutaba de su soledad, su propio mundo creado. Su madre preocupada que esta soledad termine apartándolo y destruyéndolo al final, ideó un plan que consistía en que su Tae viviera a solas en una mansión con Hoseok, hijo de su amiga, con...