Naoya comenzó a subir algunas cosas de Enishi a la habitación y notó que él no se movía ni se despegaba del cristal con una mano apoyada en este y con la otra sosteniendo el teléfono.
—Oye... ¿sucede algo?— se acercó a él por inercia pero cuando el omega se giró un poco al escucharle se tambaleó perdiendo fuerza, a lo que rápidamente el cuerpo de Naoya reaccionó sosteniéndole antes de que cayera. —Oi oi ¿Estás bien? Ah— el muchacho se desvaneció unos instantes, teniendo el rostro en su pecho, los ojos claros parecían enrojecidos al igual que la punta de su nariz.
¿Estaba llorando?
El menor hizo sonidos que asintieron a su pregunta y trato de esquivarle la mirada observando la cama un poco borrosa, se incorporó mejor llevándose una mano a la cabeza para frotarse una cien y quejarse un poco.
—Mejor recuéstate, ya estuviste de pie bastante— volvió a asentir a lo que el alpha le sugirió y se subió a la cama.
Cerró los ojos un momento esperando que la sensación de mareo disminuyera, mientras los ojos azules le recorrieron desde la cabeza a los pies. Ya no había un solo rincón que no conociera de ese cuerpo.
Enishi siempre había sido delgado, con algo de músculo por ejercicio físico regular pero había perdido mucho peso a raíz de sus encuentros, su tez era aún más pálida y sus ojos poseían unas ojeras visibles algo moradas debajo, sin mencionar la cánula de traqueostomía que tenía en el cuello, que era lo más notable e imposible de ignorar. Un collar de plástico blanco que llevaba al frente un tubo insertado en su garganta que le ayudaba a respirar mientras se recuperaba, el omega ya era capaz de comer y beber poco lento sin ahogarse, sin embargo no había logrado hablar, su voz seguía sin salir por más que se esforzara, necesitaba terapia.
Toru llegó a la casa de Naoya llevando a alguien consigo.
—Pff, pues bien, hemos llegado— el joven se estiró, bajó y le abrió la puerta a su acompañante. Su amigo los recibió en la entrada al escuchar el portón de la entrada abrirse.
—Naoya-sama.
—¡Roura!
—Dijiste que alguien de confianza, no hay nadie mejor que ella... ¿Cómo va todo?— preguntó el alpha de cabello largo, mientras la mujer se quedaba a la espera de órdenes.
—Cierto... perdona no sé dónde tengo la cabeza, está arriba ya escogió una habitación. Apenas iba a empezar a subir cosas y estaba esperándote para ver si me ayudabas.
—Oh... rayos— volteó a ver algunas cajas grandes en la entrada. —Pensé que se arrepentiría al último momento y que no conseguirás que aceptara, esos medicamentos deben ser fuertes— el alpha se rió por lo bajo, siendo ignorado por Naoya, tras rodar los ojos.
—Roura en verdad te lo agradezco, supongo Toru te habrá informado un poco de la situación y lo delicado que...
—Sí, esto...ejeem... hay algo importante que debes saber— su amigo le interrumpió.
—¿Qué?
Tras suspirar, el alpha se llevó las manos a la nuca para tallársela, se acaba de enterar de algo que no sabía como decirle a Naoya más que siendo súper directo.
—Roura me acaba de decir que trabajó para los Harada... más específicamente, como niñera de los niños de Seita y Hanako Harada.
—¿Hah? es... ¿enserio? ¿EEEEEH?— Naoya reaccionó bastante impresionado.
Roura era una empleada que trabajaba para su familia desde que él era pequeño. Al ser de una familia rica e influyente, era normal tener servidumbre en las grandes casas que dichas familias poseían, había sirvientes para muchas cosas y fue normal para el alpha crecer con niñeras y tutores especializados en su cuidado mientras sus padres atendían otros asuntos.
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OH MY FCKNG DESTINY [EDICIÓN]
RomanceEnishi (ω) y Naoya (α) son una pareja destinada pero no tienen intenciones de enlazarse el uno con el otro, hasta que el instinto se apodera de ellos cerrando el contrato, yendo en contra de su voluntad.