18. Recuerdos enterrados

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—Varón omega de 26 años, intento de suicidio por ahorcamiento. Fiebre de 39.3, pulso errático, vías respiratorias obstruidas, se le practicó una traqueostomía de emergencia antes de nuestra llegada— uno de los paramédicos entró diciendo aquello y más términos en voz alta una vez que llegaron a la sala de emergencias, mientras otro manipulaba el resucitador manual que le colocaron con un tubo por la incisión en su cuello. 

El alpha trató de seguir la camilla pero lo detuvieron, Naoya solo lo vio alejarse para ser atendido, una enfermera se le acercó a preguntarle pero él tardó en reaccionar mirando sus manos manchadas de sangre temblar. La sensación de vacío y soledad seguía allí.

—Señor ¿Qué relación tiene con el paciente?

—Qué... relación... Sólo, soy soy su compañero alpha, en realidad yo no...

—Necesitamos datos para su ingreso... ¿señor?¿Me escucha?¿Está bien?

—Yo— él no sabía que decir, la adrenalina comenzaba a descender en su sangre, la realidad era que no sabía nada sobre Enishi, acababa de descubrir quién era y todavía no lo procesaba. En ese momento Rina entró corriendo y una vez que la vio el alpha trató de alcanzarla con los brazos  —¡Ella! Ella puede proporcionarle los datos que necesita— sonó agitado y en shock.   

—Señorita, el paciente...

La alpha llegó corriendo apoyando las manos en sus rodilla para recuperar el aliento —Nakahara Enishi, omega 26 años, mide 1.70, su tipo de sangre es AB-, no es alérgico a ningún medicamento, no padece ninguna enfermedad crónica, tiene una herida cicatrizada en el cráneo del lado derecho debido a una fractura en la niñez que CASI le requirió una placa de titanio, ha tenido problemas de memoria debido a eso. No tiene familiares, yo...soy su...amiga y él es su...compañero, somos lo único que tiene... por favor deben salvarlo.

Naoya se quedó impresionado por todo lo que había dicho Rina quien apenas podía respirar, corrió lo más rápido que pudo bajando del auto en movimiento. Toru llegó poco después para unírseles algo asustado por como la joven le había dejado en el estacionamiento y los encontró llenando papeles, poco después el alpha de cabello largo tomó a su amigo para ir al baño a lavarse las manos.

—De verdad no dejas de sorprenderme. La pregunta es estúpida pero de verdad estoy preocupado ¿Cómo te sientes?

—No, no lo sé todo es... Siento que ya lo sabía pero, no lo quise ver, no quise aceptarlo— se echó agua en la cara frente al espejo.

—¡Por supuesto que no! Yo... incluso traté de convencerte de lo contrario y él te mintió, ¿no es cierto? no tienes la culpa.

Naoya no sabía como actuar, por el momento estaba ido también asustado y afectado por lo que acababan de experimentar en carne propia, solo que su expresión le ayudaba a disimularlo. Tan pronto salieron, los tres se fueron a sentar en una sala de espera mientras esperaban noticias sobre la condición del omega, él sabía que estaba vivo, podía sentirlo, de lo contrario experimentaría aquella sensación de vacío de hacía unos minutos atrás, la cuál describiría como la sensación más horrible e inexplicable del mundo, un enlace roto forzado con la muerte.

—Matsuyama Rina-san... ¿Es correcto?— preguntó Toru.

—Es correcto... ¿Cómo?

—Es mi trabajo aprender nombres, recordar rostros... por conexiones, el círculo de la élite es algo reducido y fácil de localizar al menos para mi. Mi nombre es Narasaki Toru.

—Matsumaya... El sake Matsuyama— murmuró Naoya.

—Así es, mi familia es la dueña de la licorera. ¿Entonces ustedes también son de familias económicamente poderosas huh?— se le quedó mirando a ambos —A ti... creo haberte visto en años recientes, tu apellido si me suena son... abogados ¿verdad?, pero a tí... Sólo te recuerdo de pequeño y no sé como te llamas— se dirigió primero a Toru y después a Naoya.

OH MY FCKNG DESTINY [EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora